México, D.F.- La segunda parada de la Selección Mexicana en su concurso por la Copa Oro está revestida de una trascendencia que no es tangible, pues gracias al sistema de competencia impuesto por Concacaf para este evento, la eliminación en fase de grupos es un escenario prácticamente imposible.
Canadá será el rival en un duelo que tendrá implicaciones y consecuencias para el Tri, mismas que, de entrada, no descansan en lo positivo. La oncena nacional querrá evitar otra “histórica” actuación como la ofrecida ante Panamá: nunca antes se había perdido ante ellos.
De nueva cuenta, como en aquellos duelos de Eliminatoria Mundialista en 1993 y en 2008, cuando estaba en juego el pase al Mundial, y con laureados goles de Javier “Abuelo” Cruz y Vicente Matías Vuoso, México choca ante Canadá con una urgencia de obtener un buen resultado si no desea sufrir dolorosas consecuencias.
En una zona con un nivel futbolístico tan poco elevado, como la CONCACAF, las formas importan para un equipo que tiene su mente puesta en estar en los primeros planos del balompié mundial, como México.
La dolorosa derrota ante los canaleros llegó a causa de un partido muy malo de los verdes; incluso pudo ser mucho más rimbombante, pero la falta de contundencia del rival evitó un marcador de escándalo.
Esto se unió a los pésimos resultados obtenidos en lo que va de 2013, tanto en el Hexagonal Final como en la Copa Confederaciones.
Así pues, la trascendencia del duelo ante Canadá está en el factor anímico, emocional y mental de un equipo que, en su primera exhibición oficial en sociedad, manifestó una dañina tendencia de imitar el comportamiento futbolístico de sus colegas que conforman el grupo estelar de José Manuel de la Torre, mismo que no ha funcionado correctamente en sus presentaciones en este año.
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