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Sólo la mitad es indio

Superiberia

Por: catón / columnista

Una turista oriental viajaba por España, y en Sevilla conoció a un torero de gran fama, Curro Bavacas, que la invitó a su cortijo. Cuando la viajera llegó a la finca el diestro le mostró unos perritos que acababa de comprar. Sucedió que esa noche los cachorros estuvieron gañendo y aullando sin cesar, pues los habían separado de su madre. Así, la oriental no pudo ‘pegar’ los ojos, y eso que por naturaleza los tenía ya casi pegados. A la mañana siguiente el mayoral del cortijo le preguntó cómo había pasado la noche. “Muy mal” –respondió ella. Y hablando a la manera de los orientales, que pronuncian la erre como ele, relató: “No me dejaron dormir los perritos del Curro”. “Pues, hija -le sugirió el mayoral-. Cosa de depilarse ahí”… Don Geronte, maduro caballero, conservaba humos de galán. Fue a la casa de Rosilita, cuya tía soltera era objeto de sus atenciones. Rosilita le pidió: “¿Sería usted tan amable, señor, de enseñarme su cola?”. “¿Qué? -se asombró el vejarrón. Explicó la pequeña: “Es que mi mami dice que es usted un viejo rabo verde”… “Rápido, Galenio! –le ordenó el doctor Ken Hosanna a su asistente-. ¡Dele respiración artificial a la paciente mientras yo voy por el oxígeno!”. Cuando el médico regresó se fue de espaldas al ver que el tal Galenio y la muchacha estaban entregados a eróticos deliquios de voluptuosa pasión concupiscente. “¡Galenio! –exclamó el facultativo con enojo -. ¡Le dije que le diera respiración artificial a la paciente!”. Respondió el tipo entre jadeos: “Así empezamos, doctor”… Un joven que tenía cierto impedimento del habla iba en el autobús. Cuando llegó a su esquina gritó: “¡Bagan!”. El chofer no le hizo caso. “¡Bagan!” -repitió el muchacho. El conductor no detuvo el autobús. Fue el joven hacia él y le dijo: “Señog, ya me quiego bagar”. Respondió con enojo el chofer: “Si sigues agemedándome no pago el autobús, cabgón”… Un extranjero fue a cierto estado del Sur y entabló conversación con un anciano indígena que llevaba con él a su nieto. El visitante le preguntó al señor: “¿Es usted indio de raza pura?”. “Sí -respondió el hombre-. Indígena sin mezcla”. “Y su nieto -inquirió el otro- ¿es también de raza pura?”. “No –respondió el anciano-. Él es mitad indio y mitad antropólogo”… Floribelia fue al parque a pasear a su perrita. Ahí encontró a Leovigildo, que también iba con su perro. En otro tiempo él y ella habían tenido amores, y decidieron recordarlos atrás de unos arbustos. Los dos perritos contemplaron aquella escena. La perrita, apenada, le comentó al perrito: “Ni modo. Hacen lo que les dicta su instinto. Lo único que podemos hacer es esperar que no se quedan pegados”… Babalucas hizo amistad con una chica norteamericana. Le preguntó: “¿Cómo se dice ‘frío’ en inglés?”. Contestó ella: “Cool”. “Ah, -se preocupó el badulaque-. Entonces en tu idioma no se puede decir ‘friíto’”… Había  fiesta en el jardín de niños, con asistencia de los padres de familia. La maestra se percató de que un pequeñito iba de un lado a otro, apurado. Fue hacia él y le dijo: “Quieres ir al baño, ¿verdad?”. Lo tomó de la mano y lo llevó ahí. Le dijo: “Te voy a ayudar”. Le bajó el zipper y le extrajo la consabida parte. Al hacer eso exclamó con azoro: “¡Niño!”. “Niño no, maestra -respondió el pequeñín -. Jockey de carreras, a sus órdenes”… La guapa rubia visitó a su amigo en el hospital. El pobre tipo estaba vendado de pies a cabeza, como momia egipcia, y se quejaba lastimeramente. “Muy bien, Lacerio -le habló la muchacha-. Ahora que ya le dijiste lo nuestro a tu esposa, ¿cuándo se lo dirás a mi marido?”… FIN.

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