REGIÓN.- La Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar da certeza a los productores de caña en su relación de compraventa del cultivo con los industriales, pero no de las negociaciones de exportación entre los gobiernos de México y Estados Unidos, ya que las autoridades no defendieron al sector de la agroindustria de la caña de azúcar y la fructuosa que ingresa subsidiada sigue desplazando al dulce mexicano.
Antes de que existiera la Ley, los industriales pagaban a un menor precio por la caña, un ejemplo de ello es el Grupo Escorpión, propiedad de Enrique Molina, quien en diferentes ocasiones no pagó la cosecha a los abastecedores.
Sin embargo, no hay Ley ni autoridad que defienda esta agroindustria, porque el azúcar se encuentra desplazada por el ingreso de la fructuosa subsidiada, mientras los funcionarios de Gobierno se aprueban altos salarios.
El azúcar recibe su valor según la Ley, la que conforme a la oferta y demanda en los últimos años ha incrementado y les ha permitido a los productores alcanzar precios de 600 a 830 pesos la tonelada, cuando antes estos eran menores a los 400 pesos.
El delegado de la Asociación Local de Cañeros CNPR, del ingenio Central El Potrero, Román García, manifestó: “Si no fuera por este precio que tiene la tonelada de caña, más de la mitad de cañeros tendrían que desaparecer, ya que nos la estaban pagando muy por abajo de su mantenimiento”.
La Ley cañera permitió establecer un precio por la tonelada de caña, tras la supervisión de la venta de azúcar en cuatro zonas del País.
Por su parte, el representante legal de Alianza Azucarera 19 de Junio, Carlos Luna, señaló: “Es verdad que somos autosuficientes en producción de azúcar, sin embargo, le cuesta caro el kilogramo de azúcar al pueblo porque el precio comercial no lo ponen los productores ni la industria, sino el mismo Gobierno”.
“¿De qué sirven las dependencias que crea el Gobierno con burócratas para controlar los precios? Si ellos gozan de altos sueldos que van de nuestros impuestos, ellos no defienden lo que en México se produce”, expresó.
Esto, porque el excedente de un millón y medio de azúcar que se exporta a Estados Unidos es la misma proporción en la que el ingreso de la fructuosa ha desplazado el azúcar de México, la que las refresqueras ya no adquieren por obtener edulcorantes subsidiados.
Por ello, señaló que al llevarse a cabo los cambios de Gobierno es necesario cambios reales que defiendan a los productores. Otro producto que los gobernantes no defienden es la gasolina y otros hidrocarburos.
“¿A dónde nos quiere llevar el Gobierno? Que recuerde que las revoluciones empiezan por el hambre del pueblo y la está acrecentando, ahora se exportará el doble de azúcar cruda por las negociaciones del Gobierno, sin que escuchen a los industriales que demandan la aplicación de un impuesto a la fructuosa”, concluyó indignado Carlos Luna.