Por: Elsbeth Lenz / columnista
Este fin de semana por mucho ha sido uno de los peores que hemos vivido en el Estado, las imágenes escalofriantes de Juan Camilo Castagné y sus compañeros se disolvieron en un instante al ver las imágenes de los niños asesinados en Coatzacoalcos; uno escucha de las cosas que pasan allá en Sinaloa, de los asesinatos en Siria, los atentados en París, Londres, Bruselas y de tantas cosas horribles que ocurren allá en el mundo, aquí en mi veracrucito no pasan cosas tan aberrantes, nos hemos acostumbrado incluso a pensar que los muertos con carteles dedicados a Jaime Téllez Marié son cosas del poder dicen unos, otros piensan seguro serán montajes del Gobernador Yunes para una vez atrapados los malos, él salir de héroe, que todos lo amen y capitalizar ese amor en votos para 2018; los más orates piensan que Duarte allá en su cárcel guatemalteca está “operando” todo esto y otros igual de ilusos piensan en la mano de Fidel.
El sábado, pienso yo sin temor a equivocarme, que a todos, luego de las imágenes de los mandos de la Policía Federal de Caminos, con medio cerebro embarrado en el piso y de los niños asesinados en Coatzacoalcos al lado de sus padres, se nos borró por completo el seguro sueño guajiro del montaje o complot, confieso hubo quien llegó a comentarme que de los morgues rebosantes de cadáveres, habrían fabricado las bolsas negras con las cartulinas del señor Téllez Marié y las habían tirado afuera de las oficinas de don Jaime, para darle sazón al desmán que se percibe en el Estado, que penoso que estemos en ese grado de incredulidad.