Por: Andrés Timoteo / columnista
Primero fue el dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC), el fidelista Juan Carlos Molina y después los Senadores José y Héctor Yunes los que se reunieron con Alcaldes electos que fueron postulados por la coalición formada por los Partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM) en un intento de proyectar una imagen de unidad y de fortaleza. No obstante, sólo le ‘doran la píldora’ a la opinión pública, pues ni están unidos ni son una fuerza política que garantice algo en 2018.
Los 48 Presidentes que tendrá el tricolor a partir de enero próximo -45 menos que los que tiene actualmente- son de municipios rurales, a excepción de Orizaba y Huatusco, y la votación que representan no alcanza ni para ganar la Gubernatura ni tampoco la Senaduría ni las elecciones distritales del año próximo. Salvo demarcaciones como: Orizaba, Huatusco y Cosoleacaque, que son cabeceras distritales y cuyos electores podrían imponerse a los de los municipios aledaños, el resto es causa perdida. En resumen, el PRI sólo tiene oportunidad de triunfo -y eso estirando la liga- en tres Distritos para las Diputaciones Locales o Federales.
Además, en términos absolutos, los 48 Ayuntamientos que gobernará el tricolor representan apenas el 22 por ciento de la geografía política del Estado, lo que significa, si lo pasamos por el argot popular, que son la “morralla” de los municipios. Y por eso, tanto el cenecista Molina Palacios, quien aspira a ser candidato a una Senaduría en 2018, como los Senadores José y Héctor Yunes, quienes están empecinados en apropiarse la nominación a la Gubernatura, engatusan con pesos y centavos en una partida donde se requieren billetes de alta denominación.
Puede ser que alguno de los tres priistas aparezca en las boletas electorales del año entrante, pero ninguno ganará. No hay oportunidad para ellos porque la disputa será entre la coalición PAN-PRD y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) aunque este último tendrá que resistir los escándalos que se vienen encima. En este 2017, Morena fue prácticamente contenido en Veracruz, pues sólo ganó 17 de las 70 Alcaldías que anticipaba y la votación obtenida disminuyó en comparación con 2016, lo que no le alcanzaría para ganar la Gubernatura.
El PRI necesita un salvavidas del altiplano, pero aún con lo importante que es Veracruz como cuarta entidad con mayor número de votantes en el País, Los Pinos no está interesado en invertirle a un fracaso seguro. Ningún dinero será suficiente para revertir el repudio del electorado por los gobiernos del innombrable y de Javier Duarte de Ochoa, y, según los que están bien informados, desde el altiplano ya se aceptó que no recuperarán la Gubernatura y hasta podrían descender a la tercera o cuarta fuerza política.
El que peor sale de todo esto es el peroteño José Yunes Zorrilla, el virtual candidato a la Gubernatura, pues el panorama es de derrota y así, una vez más, las circunstancias juegan en su contra. Dos veces intentó ser nominado -en 2010 y en 2016- y tuvo que replegar sus aspiraciones, y ahora que todo apunta a que sería el elegido por la cúpula priista -por influencias de su amigo, Luis Videgaray, el secretario de Relaciones Exteriores y hombre de confianza del presidente Enrique Peña Nieto- el descalabro es lo único cierto en el panorama. Ni modo, el que nace para maceta del corredor no pasa, dicen los viejos del pueblo.
PAJA Y SALIVA
Hablando de cosas virtuales, los activistas de Morena en las redes sociales -llamados por algunos como “peje-zombis” y por otros como “chairos-bots”- pregonan y festinan que el triunfo de la panista Leticia López Landero será anulado y que se tendrá que convocar a comicios extraordinarios. “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”, es el refrán que hay que recitarle al candidato perdedor Juan Martínez Flores y sus simpatizantes.
Los morenistas se parecen a los priistas, quieren ‘dorarle la píldora’ a la opinión pública sólo porque el Tribunal Electoral de Veracruz admitió el recurso de inconformidad de Morena, en el que se pide la nulidad de los comicios, algo que es un trámite de oficio.
Si se impugna un resultado electoral, los tribunales deben recibir y estudiar los expedientes de los inconformes, pero eso no significa que vaya a ser anulada la elección.
Claro, eso es una posibilidad, pero dado el historial de resoluciones judiciales y las pruebas presentadas por Morena -que son en su mayoría subjetivas y retóricas-, es muy difícil que se revierta la Constancia de Mayoría que el árbitro electoral ya le entregó a López Landero. Por ejemplo, los morenistas argumentan que hubo “inequidad” en la promoción de la panista en sitios web, un terreno que hasta ahora no está controlado por la Ley, y del que tampoco hay forma eficaz de medir su impacto en la manipulación de los electores.
Hablan también de una “cobertura ilegal” de medios informativos, de un “gasto económico extraordinario” en su campaña y de coacción de electores por medio de regalos. Eso es lo que se llama el “fraude abstracto”, que en la Legislación vigente está contemplado en la figura de “causal abstracta”, aunque es casi imposible comprobarla. La historia lo demuestra: no se anularon las elecciones presidenciales de 2006, pese al escandaloso fraude ni las locales de 2010 ni las del 2004, aun cuando las pruebas del “fraude abstracto” eran cuantiosas.
Y si se habla de dinero invertido, ni siquiera en las elecciones de 2009 hubo sanción para el entonces candidato a la Diputación Federal por el Distrito de Córdoba, Javier Duarte, quien se gastó 70 millones de pesos en su campaña y que fueron tomados del erario estatal y las arcas municipales. Duarte gastó 14 veces más que Leticia López, si hipotéticamente se considera cierto el cálculo hecho por Morena de los 5 millones de pesos que habrían invertido en el proselitismo de la alcaldesa electa, y los tribunales no hicieron nada. Entonces, los morenistas festejan con paja y saliva difundiendo una anulación virtual de los comicios cordobeses. No más.
HéROES MALTRAtaDOS
Es vergonzoso el caso de los Bomberos de Orizaba, olvidados por los Ayuntamientos y maltratados por la población, que no deja de requerir de sus servicios, pero sin dignarse a donar para su sostenimiento. Desde abril, los ‘traga-fuego’ padecen penurias hasta en lo básico, pues la Comisión Federal de Electricidad (CFE) requirió pago de adeudos por el fluido que consume el edificio sede. El rezago era 362 mil pesos y tras la súplica de los Bomberos quedó en 144 mil, cifra que aún no se ha podido pagar. ¡No hay electricidad en un edificio que tiene un avituallamiento de alta prioridad!
Además, hay precariedad salarial: 2 mil 500 pesos para un Bombero si hay fondos, pero si no les dan mil pesos o menos, según la denuncia de los mismos afectados. También padecen en conseguir para los gastos ordinarios: combustible, reparación y mantenimiento de unidades, equipo, pago de telefonía y otros. El único aportante financiero es el Ayuntamiento de Orizaba, pero no alcanza para sostener al organismo y el resto de los municipios conurbados se niega a apoyarlos.
Lo anterior a pesar de que los Bomberos están siempre disponibles para atender cualquier emergencia en lugares como: Río Blanco, Nogales, Mariano Escobedo, Atzacan , Ixhuatlancillo y otros ocho municipios de su influencia. Los Ediles son omisos e irresponsables, al igual que los empresarios y prestadores de servicios que requieren de los servicios de los Bomberos, pero sin dar nada a cambio. Al contrario, muchos de ellos hasta quisieran que les pagaran por irles a apagar sus fuegos. Ups.
Por la desidia anterior, los Bomberos están abocados en dos cosas: en rescatar a las personas en situación de emergencia y en el rescate de su propia institución. Ellos abrieron una cuenta bancaria para recaudar donaciones ciudadanas, la número 5723778 en la sucursal 121 de Banamex. Mensualmente se requieren al menos 200 mil pesos para seguir dando el servicio a la comunidad, una cifra que sería fácilmente alcanzable si los Alcaldes no se robaran el dinero y aportaran recursos, y si las cámaras empresariales recaudaran donativos entre sus agremiados.
El caso no es rutinario ni menor sino que muestra lo peor de la sociedad. No hay que confundirse: no existen Superman ni Batman ni Robocop, ni Kaliman ni Chanoc, ni el Chapulin Colorado. Los héroes reales son los que arriesgan su vida para salvar otras y ellos son los Bomberos. ¿Qué clase de sociedad permite que sus héroes tengan que mendigar ayuda para seguir sirviéndola? Respuesta: la sociedad de los cretinos.
Y claro, cuando sale este tipo de historias a la luz pública también saltan los oportunistas -y cacha-votos-. Uno que alzó la mano como resorte fue el Diputado Local por Orizaba, Rogelio Rodríguez, quien se ofreció para tramitar exhortos de ayuda económica, prometió que harán una Ley en el Congreso Local para que lo anterior sea obligatorio y hasta anunció que donará parte de su sueldo a los Bomberos. ¿Y por qué hasta ahora? El Legislador responde al golpe mediático y a la temporada de elecciones, pues ya está la carrera para 2018.
Lo malo es que los morenistas siguen siendo promesas de ‘paja y saliva’. Si en verdad el señor Rodríguez quisiera ayudar a los Bomberos orizabeños debería exhortar a su propia bancada de Morena en el Congreso Local a dejar de usar los bonos que reciben mensualmente -1.2 millones de pesos- en financiar las giras de Andrés Manuel López Obrador y en costear la operación electoral, para destinarlo a causas de utilidad pública como el rescatar a esos héroes cotidianos. ¿No creen?
EL DESVERGONZADO
En el mismo tema de desvergonzados, uno de los más pasmosos es el expresidente Vicente Fox, quien convocó hace días a varios exmandatarios latinoamericanos para meter las narices en Venezuela. El tipo calificó de “dictador” al presidente de esa Nación, Nicolás Maduro, y de “mártires” a los más de 70 fallecidos en las revueltas populares contra la Fuerza Pública, además de exigir que haya democracia, voto libre y respeto a los derechos humanos.
Fox no tiene vergüenza. Se preocupa por otra Nación y cierra la boca por lo que sucede en México. ¿Por qué no hizo lo mismo por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa o los 30 mil desaparecidos que hay en México por la ‘guerra’ desatada por su sucesor en Los Pinos, Felipe Calderón y continuada por Peña Nieto, al que apoyó en 2012? ¿Clama porque haya democracia en Venezuela y él ayudó a Calderón a robarse las elecciones presidenciales de 2006? Fox es el menos autorizado política, moral y éticamente para juzgar a otra Nación, cuando la casa está peor, es un desastre, un matadero.
Tampoco tiene cara para anunciar que intentará frenar a López Obrador en búsqueda de la Presidencia de la República en 2018. Fox no es un prócer de la democracia, resultó un fraude como el “presidente del cambio” y un delincuente electoral en 2006. Pero lo que el guanajuatense persigue no es evitarle un daño al País con la llegada del tabasqueño –como argumenta- sino que éste no le quite la abultada pensión -205 mil pesos al mes, o sea el sueldo de 100 campesinos u 85 obreros- ni los privilegios de que goza pagados con el bolsillo del pueblo -entre ellos 45 escoltas para él y su familia-. Tipo sinvergüenza.