Orizaba.– La violencia, la falta de fraternidad y la educación se siguen haciendo presentes en la sociedad, así lo manifestó el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino al exhortar a la población a ser verdaderos discípulos de Dios para que el odio no esté presente en sus corazones.
En la homilía de ayer domingo y con una Catedral llena, el prelado resaltó que la realidad no puede ser cambiada de golpe, pero sí se puede colaborar siendo más fraternos, más comprensivos en este mundo, “ese es nuestro caminar, ser testigos de una vida nueva, que el odio y violencia no estén en el corazón de un discípulo y que forma parte de cómo nos llevamos evidencia a la presencia de Cristo, el Señor”.
Indicó que ante los acontecimientos que se están registrando en el entorno social, es urgente llevar la misión de Dios a todos los rincones de las comunidades, una responsabilidad de los discípulos.
“Y dice el Papa Francisco que necesitamos llevar a Jesús ahí en donde falta alegría, donde falta esperanza. Con tantas situaciones que vivimos hoy, por mil razones y a veces le echamos la culpa a la estructura política, económica, social, pero nosotros los católicos tenemos mucha responsabilidad”, manifestó.
Recordó a todos los creyentes que Jesús prometió estar con cada uno hasta el fin del mundo o cuando sean llamados a su presencia, y agregó: “ánimo hermanos, no vamos solos, Él está con nosotros, la presencia del Señor Jesús es maravillosa y pongamos como esperanza y meta llegar con Él al cielo”.
Con ello, invito a todos los presentes y a los ciudadanos para colaborar, siendo ejemplo con su manera de vivir, creando, pensando y actuado para hacer un mundo mejor, “menos violento, más fraterno, más educado y limpio”.