CÓRDOBA.- La inversión de más de 500 mil pesos en percherones y calandrias que servirían como atractivo turístico durante la Administración de Juan Lavín y heredado a Francisco Portilla Bonilla, ha quedado en el olvido y ninguno de los administradores municipales ha rescatado el recurso invertido, sirviendo únicamente para cuestiones personales, como lo fue la boda de la entonces jefa de Comunicación Social, Irene Cervantes.
Y es que la adquisición de cuatro caballos percherones y un mismo número de calandrias, sucedió en la Administración de Juan Lavín, éstas servirían como atractivo turístico para el recorrido en la zona Centro, proyecto que no figuró y en cambio los equinos, fueron canalizados a un rancho en La Tinaja, de los cuales ahora sólo estarían quedando tres, pues uno murió de desnutrición, luego de ser trasladado de Estados Unidos a Córdoba,
Las calandrias fueron construidas por Pedro Gutiérrez Vargas, carrocero originario de Guadalajara e iban a ser utilizadas de manera turística, contaban con capacidad para 4 o 5 personas; las mismas se encuentran en comodato en el rancho La Tinaja, propiedad de la familia del ganadero Ángel Domínguez.
Sin embargo, la Administración de Francisco Portilla no le dio interés al proyecto turístico, mucho menos en mantener los vehículos y animales que los jalan, por lo que fueron prácticamente regalados a la familia de La Tinaja.