Ya sería ridículo que lo negaran. El desorden al interior de Acción Nacional ha hecho, incluso, que algunos de sus miembros se den con todo en las redes sociales. Así estuvieron Javier Corral y Juan Ignacio Zavala, quien hace un par de días, pasó de Twitter a un diario de circulación nacional, Milenio, en donde escribió su postura sobre lo que sucede en el PAN: “Es producto de varias cosas: la falta de una reflexión seria, oportuna, profunda y colectiva sobre los múltiples motivos de nuestra derrota en las elecciones del año pasado y la decisión del presidente del partido, Gustavo Madero, de amarrar su permanencia al éxito del PRI y del presidente Peña Nieto, así como la de armar un plan de venganza contra todo lo que le suene a Calderón…”. Su opinión, clara está, pero lo cierto es que si eso entiende un sector del partido, el otro (o los otros) y, peor aún, hacia afuera lo que el blanquiazul refleja es una de sus peores crisis, porque ya no sólo es la cuestión electoral, el poder político y la convocatoria para con los militantes, sino para con ellos mismos, se están dando todos y con todo.
La auditoría que se ordenó a la gestión de Ernesto Corderocomo coordinador de la bancada azul en el Senado, es otro más de los síntomas de esta muy escasa comunicación entre los panistas. El depósito de los 430 mil pesos a cada uno de los senadores, sin que ellos supieron para qué y cuándo fue que les llegó la lana, peor tantito.
La reforma que modifica las funciones del coordinador de bancada, aprobada por unanimidad por los 23 senadores presentes y que su actual líder Jorge Luis Preciadodesconoce, es una rayita más de las tantas que tiene ya el tigre.
Las permanencia de Acción Nacional en el Pacto por México parece ser punto y aparte. Y es que Gustavo Madero declara que hay condiciones para que la reforma energética, el siguiente pendiente del Pacto, no tenga obstáculo alguno. O sea, pareciera que le vemos al PAN dos caras: la del partido dividido, el que se comenzó a caer desde la derrota en la elección del 1 de julio, y el firmante del Pacto por México que asume un papel de “oposición”, pero que espera mantenerse en pie para no salirse de la foto de los acuerdos con el gobierno federal. Lo peor que es no sabemos, ni ellos, cuál de estas dos caras es la más débil.
Addendum. Ayer escribíamos de dos polémicos alcaldes, la de Monterrey y el de Cancún (o Benito Juárez, como se anota geográficamente). La primera, Margarita Arellanes, me envió un correo electrónico, firmado por su equipo de comunicación, donde me aclaran que la convocatoria que circula en redes sociales es totalmente falsa. Lo puntualizo pues, aquí.
El otro alcalde, el de Cancún, sí habló ayer conmigo por teléfono en Hora Capital de Reporte 98.5. Julian Ricaldeargumenta que el video que circula tiene dos años de haberse grabado, que la edición fue truqueada para hacerlo ver a él como responsable. El argumento en su defensa dice que es la administración pasada la que hoy lo expone, quien debe responder por el origen del dinero que se le ve recibir (300 mil pesos), aunque una duda quedo abierta: ¿por qué es que un dinero que debía ocuparse en la “transición”, le fue entregado en sobres manila? ¿Ese es el trato que se le da al presupuesto? Ahí está un tema que deberá resolverse, si uno lo entrega así, ¿por qué el otro así lo recibe? ¿Sí es un escándalo con fin electoral?
“Asumo que no es el método, y que en dado caso debería yo responder por esos 300 mil pesos, por la forma en que los recibí…”
Así terminaba mi conversación con él, porque mientras si se aclara la intención del escándalo, lo que sí debe suceder es que cada parte asuma su responsabilidad.