Nogales.- Momentos de pánico y zozobra vivieron más de mil habitantes de la localidad Balastrera por la explosión de un ducto de gasolina de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex). El caos entre la población se extendió hasta las colonias Colorines, Lázaro Cárdenas y El Encinar, por la cercanía con la ubicación del incidente en el kilómetro 250+000 de la carretera Veracruz-México.
Trascendió que tras escuchar dos detonaciones continuas y al percatarse de una densa nube de humo y fuego al filo de las 9:37 horas, los habitantes de Balastrera desalojaron sus viviendas para congregarse en el panteón ubicado en las faldas del cerro para resguardarse. Más de 400 estudiantes de las tres escuelas de la comunidad fueron evacuados.
Por la experiencia trágica que vivieron en junio de 2003 por la explosión de los ductos y la barrancada del río Chiquito, los pobladores sin esperar ninguna indicación oficial de las corporaciones de auxilio, salieron de sus casas para salvaguardar su integridad.
Personas como la señora María X, que en 2003 perdió a su bebé en el vientre por correr y caerse para ponerse a salvo de la explosión, narraron que ayer revivieron parte de la tragedia que padecieron la mayoría de las familias de esa localidad.
“Todos nos espantamos y por la cabeza nos pasó que sucedería lo mismo de 2003, lo primero que hicimos al escuchar la explosión fue correr porque no nos podemos esperar, yo tengo familiares que sufrieron quemaduras y al escuchar detonaciones nos da miedo y pensamos lo peor. Gracias a Dios hoy fue sólo el susto”, expresó.
Al filo de las 12:00 horas y cuando el fuego había sido controlado por las corporaciones preventivas y de seguridad, en la localidad se observó que los pobladores eran trasladados en camionetas de batea, del panteón a sus viviendas.
Al respecto, el coordinador regional de Protección Civil en la zona Orizaba, Luis Palma Déctor, descartó riesgos para la población aledaña al lugar de la contingencia, esto debido a que el ducto que explotó se ubica a una distancia considerable para no provocar afectaciones a la mancha urbana, en donde están asentadas cientos de familias.
“No fue necesario evacuar a las familias de la zona; el hecho de que el viento estuviera del lado contrario a la población y que la explosión se registrara lejos de la mancha urbana, benefició para descartar riesgos”.
“Tuvimos el dato de que varias familias evacuaron de forma precautoria por los antecedentes de 2003, y con eso vemos que las personas ya reaccionan con mayor conciencia para ponerse a salvo”, indicó el funcionario.