Ixtaczoquitlán.- En México la pobreza se mide por parámetros tales como nutrición, agua potable, vivienda, educación, atención de la salud, seguridad social, calidad y servicios básicos en el hogar.
Es por ello que ante la desigualdad, pobreza y marginación que se vive en los municipios serranos, es necesario el compromiso de los religiosos en el aspecto social, reconoció la Madre María López de la Rica, advirtiendo que esta responsabilidad se adquiere al vivir de cerca las carencias y formas de vida de los pueblos se la Sierra, siendo los más pobres de la República Mexicana.
Como ejemplo, esta Mixtla de Altamirano ubicado en el tercer lugar a nivel nacional en pobreza extrema, con índices alarmantes en falta de servicios básicos, acceso a Internet y con alta marginación de género.
Ante este panorama, organizaciones no gubernamentales trabajan para gestionar programas federales, que sumado a estrategias de las agrupaciones religiosas pretenden disminuir el rezago.
“Hay que acercarse al pueblo, su vida y su dolor. Todos en la iglesia estamos colaborando con la promoción y defensa de la vida en su sentido amplio, pero se requiere un carisma social que se obtiene en la formación a base de sensibilización. Hacen falta religiosos que sean comprometidos con el desarrollo social de los pueblos”, comenta la también coordinadora de la asociación civil Kalli Luz Marina.
Indica que de forma independiente al credo que cada quien profese, la única bandera que debe enarbolarse es la de ayudar a quienes viven lacerados por la pobreza, dirigiendo la evangelización a la transformación de la realidad, dentro del compromiso que cada cristiano tiene con el prójimo.
