Córdoba.- Ejercer el periodismo en Veracruz es una profesión de alto riesgo y hasta el momento los supuestos protocolos de Seguridad que han aplicado las autoridades no han funcionado, un claro ejemplo es el asesinato de otro periodista efectuado la mañana de ayer en el municipio de Yanga.
no hay avances
El pasado 9 de febrero del año 2016, luego de que la reportera Anabel Flores Salazar fuera secuestrada y hallada un día después sin vida en el kilómetro 1+580 de la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, se supo de sus relaciones con delincuentes del crimen organizado.
Ella, de 32 años de edad, dejó en la orfandad a dos menores, uno de semanas de haber nacido; pasó a ser parte de las estadísticas al convertirse en la periodista número 19 en ser asesinada en el sexenio del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, hoy prófugo de la justicia.
Fue alrededor de las 02:00 horas del día 8, cuando sujetos fuertemente armados irrum-pieron en el domicilio de Anabel y se la llevaron a bordo de un vehículo, sus familiares de inmediato reportaron los hechos a las autoridades policiales quienes implementaron un operativo sin tener resultados.
Un día después de su desaparición, Anabel Flores Salazar, domicilia-da en la Unidad Habitacional Puerta Grande, fue hallada en una cuneta de la carretera del Estado de Puebla, su cuerpo presentaba signos de violencia, la joven se desempeñó en el área policiaca de diversos medios de comunicación.
De manera extraoficial, se conoció que la periodista había recibido una camioneta como regalo de un delincuente procesado; un sujeto fue detenido en el mes de mayo presuntamente por haber participado en el crimen.
DAN CARPETAZO
Más de un año ha transcu-rrido desde el asesinato del reportero y excorres-ponsal de Televisa, Juan Santos Carrera, quien fue ultimado junto con otras personas, tras una balacera registrada dentro del bar La Taberna donde bebía con jefes de plaza de un grupo delincuencial.
Hasta la fecha ni un sólo detenido hay tras la muerte del reportero, las autoridades Estatales no han tenido avance alguno, a pesar de sus claras relaciones con el crimen organizado.
Fue durante la madrugada del jueves 13 de agosto de 2015, cuando Juan Santos al encontrarse dentro del mencionado bar ubicado en la calle Poniente Cinco, en la colonia Centro, con los jefes de grupo de los “Z”, fueron atacados por un grupo de hombres armados, los cuales dispararon en varias ocasiones privando de la vida al comunicador así como a otras personas más, además de matar a un joven estudiante.
Juan Santos Carre-ra, durante años cubrió diferentes secciones en la zona de Orizaba, también habría sido víctima de una agresión a golpes por parte de elementos de la Policía Estatal, esto en agosto de 2014, cuando cubría una información sobre la protesta de civiles en la autopista Veracruz-Puebla. Tras su muerte, dada en un ataque entre grupos rivales del crimen organizado en la Región, las autoridades no han detenido a los culpables, que aun siguen en las calles. Es claro que el periodismo no es un área ajena al crimen organizado, que utiliza malos comunicadores para intentar controlar a los medios.
