Por: Andrés Timoteo / columnista
Desde este espacio condenamos el asesinato del periodista cordobés Ricardo Monlui Cabrera, sucedido ayer domingo en Yanga. Exigimos que se investigue puntualmente, que se localice y castigue a sus agresores y también que las autoridades estatales no criminalicen a la víctima ni escatimen las acciones para allegar justicia a sus deudos.
Ya son veinticuatro los comunicadores asesinados en los últimos trece años en Veracruz – cuatro en la fidelidad, 19 en el sexenio de Javier Duarte, y uno en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares.
Éste es el primer atentado mortal contra un representante de la prensa en el sexenio de la alternancia. Yunes Linares debe honrar su compromiso de aplicar la Ley, acercar la justicia a las víctimas y garantizar la seguridad para el gremio periodístico si no quiere cargar con el estigma de sus antecesores. A los familiares de Ricardo Monlui nuestra solidaridad, lo mismo que al gremio reporteril de Córdoba.
CANDIDATOS DELINCUENTES
Hablando de agresiones contra la prensa, vaya candidato impresentable que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) nominó para la alcaldía de Xalapa: Alejandro Montano Guzmán, quien fue guarura del exgobernador Miguel Alemán Velasco y quien siempre ha sido mencionado en actividades mafiosas. A Montano Guzmán se le liga con el capo del Cartel del Golfo, José Albino Quintero Méraz, conocido como “El Beto”, quien incluso era vecino de Alemán Velasco en el fraccionamiento Costa de Oro de Boca del Rio, lo que confirmó la cercanía de la administración estatal con ese mafioso. El propio Yunes Linares cuando se enfrentó a Miguel Alemán, hizo públicos datos investigados sobre las andanzas de Montano Guzmán con la delincuencia organizada. Hay que revisar la hemeroteca.
Montano Guzmán es propietario del periódico El Portal en Xalapa pero no es periodista ni mucho menos, sino que es un negocio que le obsequió su exjefe Alemán Velasco para medrar con los contratos millonarios de publicidad durante los doce años del fidelato. Hay que recordar que la exvocera de Duarte, la errática Gina Domínguez era subdirectora de ese rotativo antes de convertirse en coordinadora de Comunicación Social.
Sin embargo, lo más ominoso para los xalapeños –que no para el PRI que está acostumbrado a arropar impresentables- es que los representará como candidato un personaje sobre quien pesa la sospecha popular de ser el posible autor intelectual del crimen de la periodista Regina Martínez, cometido en el 2012 ahí en Xalapa, ciudad en la que vivía y por la cual la reportera se batió en su actividad periodística.
¿Aceptarán los xalapeños que Montano Guzmán encabece un mitin en la Plaza Regina, ese espacio que la memoria colectiva decidió para recordar a la periodista, su presunta víctima? Es algo inaceptable. Los xalapeños no se merecen tal burla, la memoria de Regina tampoco se merece tal insulto. Ese señor no debe estar en una candidatura sino en un ministerio público rindiendo declaración. Afortunadamente no ganará, el tipo tiene perdida la contienda y el PRI, su alcahuete, será borrado de la capital veracruzana.
Otro impresentable que ahora es candidato del PRI es Tomás Carrillo Sánchez, quien competirá por la alcaldía de Cosamaloapan. Este sujeto fue postulado por el PRI aún cuando no pasa una auditoria moral ni una judicial. Carrillo Sánchez se desempeñó como subprocurador regional de Justicia en el puerto de Veracruz durante el Gobierno del innombrable, y fue una de las llaves que le abrió a puerta al crimen organizado en la zona costera.
Como subprocurador estuvo al servicio de los carteles delictivos y puso en manos de la mafia la estructura ministerial y policiaca. Nunca prosperó una sola investigación contra elementos del cartel del narcotráfico que financió la campaña del innombrable, solo hay que revisar el historial de las actuaciones ministeriales en esa época para comprobarlo.
Después, Carrillo Sánchez fue nombrado como delegado estatal del Instituto Nacional de Migración (INM) y hasta ahí trasladó la operatividad en favor del crimen organizado. Migrantes y activistas, entre ellos el sacerdote Alejandro Solalinde, denunciaron que personal del INM adscrito a Veracruz participaba en secuestros, extorsiones, tortura y asesinatos de indocumentados, que tras ser interceptados los entregaban a las bandas del crimen organizado.
Lo hacían porque el delegado Carrillo mantuvo un pacto con el hampa para hacer negocio con el tráfico de migrantes. Él, Tomás Carrillo, también tiene mucho que explicar sobre los cientos de restos humanos que se han localizado en las fosas clandestinas de Colinas de Santa Fe, San Julián, El Arbolillo en Alvarado y en Sayula de Alemán pues allí fueron a parar las víctimas de los carteles de narcotráfico a los cuales protegió.
Sobre todo, Tomás Carrillo debe ser interrogado sobre las víctimas que terminaron en los cementerios clandestinos de Colinas de Santa Fe que se comenzaron a excavar cuando era subprocurador de Veracruz y las de Sayula de Alemán donde estarían decenas de migrantes centroamericanos que fueron interceptados por personal del INM en el sur de la entidad, para ser entregados a las organizaciones clandestinas que los asesinaron y los inhumaron clandestinamente. Pese a todo ese historial, Carrillo Sánchez desde el fin de semana ya es el candidato del PRI en Cosamaloapan, aun cuando en los requisitos legales para obtener dicha nominación establece que no debe tener nexos con el crimen organizado. Vaya caso, sí Tomás Carrillo llega a la alcaldía cuenqueña, esta se convertirá en la capital mundial de la delincuencia y seguramente trasladará el palacio municipal a Nopaltepec, la cuna del innombrable y La Meca de la delincuencia política.
LA TRETA DEL HOSPITAL
Siguiendo en el tema de los delincuentes, el fin de semana pasado, concretamente el sábado, se confirmó la prisión preventiva al exgobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, acusado de tráfico de influencia, abuso de autoridad y encubrimiento del delito, porque ayudó a huir a Javier Duarte de Ochoa. Muchos, sus aplaudidores, aseguraban que saldría bajo fianza pero la Juez del caso ratificó la cárcel preventiva durante un año.
Lo anterior es un revés para su abogado defensor, el fidelista Jorge Reyes Peralta quien salió a lloriquear ante la prensa que se cometía abuso de poder y se ensañaban contra el exgobernador. Tal es el descaro de Reyes Peralta quien se prestó a eso mismo que hoy denuncia, contra la periodista Marijose Gamboa, cuando fue encarcelada y trasladada al penal de Tuxpan pese a que tenía derecho a la libertad bajo caución.
Hay que recordar que en julio del 2014, Gamboa Torales estuvo involucrada en un accidente automovilístico en el que perdió la vida un transeúnte. A pesar de que ella no huyó del lugar sino que auxilió a la víctima y llamó a las corporaciones policiacas para atender el caso, se le trató como la peor criminal, se violaron sus derechos humanos y se le mantuvo en prisión durante ocho meses, lapso en el cual fue vejada y torturada por órdenes del exgobernador Duarte de Ochoa.
Reyes Peralta quien fue contratado por el mismo Gobierno Estatal para ser abogado de los familiares del fallecido festinó cada abuso contra la columnista. Ahora se queja de que al oaxaqueño Flavino Ríos –que ese si es un delincuente- lo mantengan encerrado y en el colmo de la desvergüenza, el abogado tacha como una “canallada” que se inicie un proceso para retirarle la patente de la Notaría Pública que tiene Ríos Alvarado en Minatitlán pues la legislación vigente establece que ninguna persona que esté vinculada a un proceso judicial puede ser fedatario público. El caradura de Reyes Peralta se plañe, pero en su momento se prestó a una verdadera canallada para que a Marijose Gamboa le arrebataran la custodia de su hija cuando estaba en prisión. El litigante era también abogado del exesposo de Gamboa en el juicio de divorcio, y maniobró para que la pequeña fuera retirada del hogar materno y entregada al progenitor pese a los malos tratos que sufrió. Hoy el fidelista Reyes Peralta balbucea, quejándose como plañidera de cosas que él mismo hizo en el pasado.
Por si fuera poco, el abogado chapucero pretende sorprender a la Fiscalía General con la treta del hospital para evadir la cárcel. Ayer domingo se notificó que el oaxaqueño Flavino Ríos fue llevado a un hospital de Xalapa por tener la presión arterial alta, pero eso es parte de un viejo truco: enfermar al delincuente para que permanezca en una clínica en lugar de una celda.
La terca memoria hace recordar que la misma estratagema realizó con cuatro delincuentes en el 2009, que fueron los dirigentes cenecistas Luis Heredia Trigueros, quien también era regidor priista de La Antigua, Apolinar Domínguez López, Eleuterio Acosta Pérez y Heidi Cervantes Pereyna, involucrados en el desfalco de 500 millones de pesos de la Caja de Ahorro del ingenio El Modelo. Ellos defraudaron a 758 familias cuyos ahorros fueron usados para financiar la campaña electoral del innombrable en el 2004 y la campaña a la diputación local de Héctor Yunes Landa en el 2007.
Pese a que fueron detenidos y trasladados al penal de Pacho Viejo, coincidentemente los cuatro enfermaron al mismo tiempo de una infección intestinal y los llevaron al hospital Luis F. Nachón de Xalapa donde permanecieron todo el tiempo sin regresar a la cárcel, hasta que fueron liberados por intervención del innombrable y de Yunes Landa. En realidad nunca estuvieron enfermos pero fue una mascarada para impedir que estuvieran tras las rejas.
Eso mismo quiere hacer Reyes Peralta con Flavino Ríos, reportarlo como enfermo de una cardiopatía y mantenerlo en un cuarto privado de hospital, con todas las comodidades y que así cumpla su año de prisión preventiva sin estar en Pacho Viejo. Ahí el fiscal Jorge Winckler debe evitar que lo agarren de tonto con esa treta y no permitir privilegios para el oaxaqueño. Claro, salvo que ya haya hecho un pacto de impunidad como en otros casos, entonces Flavino Ríos permanecerá “hospitalizado” con la bendición del gobierno de la alternancia.