Córdoba.- A su ingreso al Ayuntamiento cordobés, el alcalde Guillermo Rivas Díaz, detectó al menos a 80 “aviadores” dentro de la nómina municipal, entre ellos seccionales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), líderes de organizaciones populares, presidentes de asociaciones civiles y hasta agentes y subagentes municipales.
Ochenta personas a las que el alcahuete de Lavín -Francisco Portilla Bonilla-, mantuvo por más de dos años, a fin de garantizar votos a favor del partido tricolor, “empleados” que tenían la obligación de asistir a las inauguraciones de obras a aplaudir.
Se habla de al menos un millón de pesos desviados mensualmente para sueldos y salarios de militantes del PRI y “amigos” de Portilla Bonilla, quienes incluso pensaron que Rivas Díaz los solaparía, pero sólo bastaron unos días, para que el alcalde suplente recortara a estos ochenta vividores del pueblo.
Desde el ingreso de Guillermo Rivas el pasado 1 de abril, se rumoró sobre un recorte masivo de personal, sin embargo, en repetidas ocasiones el munícipe se ha negado a admitir tal situación, pues es evidente que no puede hablar de un despido cuando las personas que fueron recortadas de la nómina, simplemente no asistían a laborar.
Dicho recorte en la nómina municipal ha generado ahorros factibles para la aprobación de diversas obras, incluso varias de ellas en un paquete aprobado hace unos días, que van dirigidas especialmente a comunidades rurales del municipio.
Durante más de 2 años les pagó Portilla por realizar trabajos partidistas, pero Rivas lo oculta a la ciudadanía, entre ellos Irene Arceo a quien le inventó Portilla un cargo y cuando fue despedida por Rivas, le dedicó una columna insultándolo, y ni así Rivas se atrevió a informar a la prensa la verdad de las cosas. Por estos hechos y más, a partir de hoy Rivas será “el alcahuete de Portilla”.