por: Edgar Hernández / columnista
Ya chole, ¿no?
Serias sospechas despierta el hallazgo en una bodega en Córdoba, donde se encontraron documentos comprometedores contra Javier Duarte y su esposa Karime Macías.
Más parece un cuento de ciencia ficción que una reveladora realidad.
Y es que si está comprobado –según el Gobierno de Miguel Angel Yunes- que el exgobernador Duarte desvió durante su gestión 34 mil millones de pesos, que dejó una deuda de 180 mil millones de pesos, que tiene más de 40 propiedades en México, Estados Unidos y Europa, aviones, yates y negocios con exGobernadores en Quintana Roo, Puebla, Oaxaca y Chiapas ¿qué tan relevante es el nuevo hallazgo? ¿Cimbra a Veracruz o es una caja china?
Dice la noticia que está dando la vuelta al País que el Gobernador ofreció la conferencia de prensa, en la bodega que se localizó durante el fin de semana en Córdoba, en donde se ubicaron diversos documentos que vinculan a la esposa de Duarte, Karime Macías, en la planeación, preparación y ejecución de acciones para desviar recursos públicos en beneficio personal y de algunos cómplices.
Se presentan incluso libros y cuadernillos en donde se asegura están números de cuentas bancarias, nombres de funcionarios y socios copartícipes en el saqueo del erario público, la familia beneficiada y todo un entramado llevando como colofón un diario con una plana en donde en el manuscrito de Karime reza: “Sí merezco la abundancia”.
La acción de los sabuesos de verdad que se aplaude y se reconoce el gran esfuerzo del señor Yunes Linares.
Como nota amarilla sin duda merece las ocho columnas, los mejores espacios en el canal de las estrellas y que los texto servidores de la yunicidad desplieguen sus mejores espacios, pero ¡Por Dios! no es creíble que Karime haya dejado por escrito números de cuentas bancarias y nombres de cómplices cuando si algo caracterizó a esa familia de corruptos fue la modernidad cibernética, el avance en la tecnología y el encriptamiento de la información para poder moverse con ella –ya en la impunidad- a cualquier parte del mundo.
Cien días sin localizarlos son la mejor prueba.
Dice además el revelador descubrimiento que se pueden apreciar obras de arte, balones de fútbol, vajillas, un bote con el nombre de Emilio (como se llama uno de los hijos de Javier Duarte), cajas de despensas y sillas de ruedas, una silla de montar y aunque no está confirmado, la receta del mole de la abuela de Karime.
Que bien, pero…
Que se recuerde, todo gobernante a lo largo de su sexenio recibe tal cantidad de regalos, reconocimientos, porcelanas, óleos, obsequios de alto valor, muebles, sillas de montar, que al final de su mandato o las embodegan o abren en sus domicilios museos o egotecas que honren su paso por la administración pública.
José López Portillo cuando dejó la Presidencia de México, al igual que Vicente Fox, conservaron tantos trebejos que construyeron fincas extensas para mostrar a sus cuates sus reconocimientos internacionales, la banda presidencial, la colección de fotos memorables.
Igual pasó con
Carlos Salinas
Este escribano recuerda la biblioteca de la casa de don Fernando, en San Jerónimo, donde destinó un inmueble exprofeso para exhibir su colección de arte, las portadas a ocho columnas enmarcadas que evocan su paso en la Federal de Seguridad, Gobernación, Veracruz y el Senado, libros, memorias, fotografías, galardones, etc.
Así, por más que se diga que “entre esos documentos se ubicaron diarios de la señora Macías, y varias libretas donde anotaba de manera detallada cuentas bancarias, propiedades en el País y extranjero, así como una relación extensa de familiares, funcionarios públicos, socios, y personas con quienes hacía negocios ilícitos”, la credibilidad de que sea cierto queda en veremos, como que no se cree.
Bienvenida, desde luego, toda acción contra quienes saquearon a Veracruz, pero el operativo más parece una acción para mantener el tema –de la lucha implacable contra el Duartismo… y la Fidelidad- hasta la próxima elección.
Hoy toda la documentación encontrada se encuentra bajo dictámenes periciales en la Fiscalía General, y en su momento se pondrán a disposición de la PGR, “ya que los elementos podrían ser útiles en el proceso de búsqueda de Duarte de Ochoa y sus cómplices”, dice el inefable fiscal Jorge Winckler, pero ¿quién nos asegura que los documentos en primer lugar existen, si no son producto de una siembra de todo lo que ya se tiene en las indagaciones, y en qué carambas abona al descrédito de Duarte quien se llevó hasta las cucarachas de su oficina?
Está bien llegar hasta el fondo. Es lo legal y lo merecemos los veracruzanos.
Alegra asimismo el ánimo de quien en el día a día nos trae justicia y legalidad; que empeña sus mejores esfuerzos en seguir destapando la cloaca, pero ¿Y si estamos frente a una parálisis social, producto de la quiebra financiera, que sólo se alimenta del circo diario?
¿Y si lo de la bodega es un distractor?
Al final de la rueda de prensa del Gobernador se brindó un recorrido por el lugar a los medios de comunicación. No se permitió la inspección documental hasta que periciales defina.
Mmm…
Las redes ya mismo, se han convertido en el peor juez de la gobernanza. Dejaron de ser aliadas de Yunes. El sarcasmo y la censura se enseñorean. Destaca la sátira de Pablo González Madrazo quien escribe en el Feisbuk:
“Querido diario: si en algún momento la abundancia me llega en forma de balones Adidas de colección, cuadros horrendos, cochecitos de niño con motivos estatales, figuritas a escala de lanchas o cosas sin importancia, procuraré recordar que debo tener un cuaderno mágico en el que además de mi mantra transístico anotaré tooodas mis propiedades mal habidas, socios trinqueteros y cuentas bancarias para ser incautadas que debo ‘olvidar’ para que armen la nota del día, aunque lleve tres meses que nomás no dan conmigo”.
Confiemos pues, de cualquier modo, en el “¡caiga quien caiga!”… en el ¡Nada fuera de la ley!” y en el que no se recrudezca la mentira tan parecida a la que por doce años padecimos en Veracruz.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo