Orizaba.- Fuertes olores a sangre descompuesta y grasa animal, tienen que soportar más de 5 mil familias asentadas en la periferia del rastro municipal, quienes día a día se quejan de las condiciones insalubres que existen en dicha zona.
Pese a los fétidos olores, un balneario abrió sus puertas justo a un costado del río que sirve como canal de desechos de líquidos que salen del centro de distribución de carne.
Aun cuando la Norma Oficial Mexicana 001-Semarnat señala los límites máximos permisibles de contaminantes de aguas residuales, en aguas y bienes nacionales, desde su operación el rastro municipal y sus descargas rebasan exponencialmente los límites de componentes permitidos por la Norma, lo que implica una contaminación constante del afluente por el mal olor que éste presenta.
Un secreto a voces para los habitantes de todas las zonas aledañas al rastro municipal es la descarga de fluidos, grasa y sangre, que sale del mismo rastro y que va a parar un arroyo situado a un lado de ese lugar,
El fuerte olor a descompuesto que despide el centro de distribución de carne y leche en Orizaba, ha causado malestar en los habitantes de toda la zona conocida como Rincón Grande y fraccionamientos como: Vía Toscana, Palmeras I y II, y Real Palmeras, en donde en temporada de calor el fétido olor aumenta, por ello pidieron al equipo de EL BUEN TONO constatar las condiciones.
En el afluente que pasa a un costado del rastro se observaron desechos de grasa animal y rasgos de sangre mezclados entre las aguas sucias por descargas de aguas negras.
Siguiendo el recorrido del afluente, un balneario abrió sus puertas, en medio del mal olor, la podredumbre y basura que lleva el río, causando un mal aspecto para los visitantes del lugar, pues el Ayuntamiento no ha realizado limpieza, según versiones de los habitantes.
“Todo el santo día huele, pero ya como de esta hora (refieren alrededor de la 1 de la tarde en adelante) es cuando empieza a oler y más en la madrugada. Si deja ropa tendida en el patio, al otro día amanece con el olor horrible y tenemos que volverla a lavar porque se impregna todo”, dijeron amas de casa de las unidades.
Los cientos de orizabeños afectados por la negligencia e ineptitud de las autoridades, exigen que se revise los procesos de descarga que genera el rastro.
