Córdoba.- Aún cuando las festividades religiosas representan un fuerte ingreso para los comerciantes de temporada, la proximidad de las fiestas de La Candelaria no se vislumbran como en años anteriores.
La baja solvencia económica de las familias y el aumento constante en los productos de la canasta básica ponen en riesgo esta tradición.
Cada 2 febrero las familias católicas gustan de vestir sus figuras de niños Dios para presentarlos ante la Iglesia.
En las inmediaciones del mercado Revolución se observan algunos comerciantes preparados para ofertar los artículos necesarios, aunque en menor medida que hace aproximadamente tres años, cuando los pasillos del zoco lucían prácticamente abarrotados por accesorios relacionados.
En los comercios, los aparadores ofertan trajes que van desde los 40 hasta los 210 pesos, todos con características, tamaños, formas y colores diferentes. Por tradición, los de mayor demanda siguen siendo: Niño Doctor, Recién Nacido, Niño de La Abundancia y Niño de Los Milagros, cada uno con accesorios diferentes: corona, zapatos, silla o camita.
Según Lucía Álvarez, encargada de uno de los comercios de venta, una imagen completa que contemple desde la adquisición del niño hasta su traje y accesorios, pudiera generar un gasto promedio de 400 a los 600 pesos, dependiendo del tamaño.
Aunque negó haya un aumento en los precios, sí reconoció que las ventas han estado bajas.
Al hacer un comparativo de las expectativas de venta, dijo que no se ha cubierto ni el 30 por ciento, pese a que la ciudadanía acude a preguntar precios y cotizaciones.
“Son pocos los que se llevan algo o traen sus figuras; algunos utilizan las que tienen de años anteriores”, dijo.
En este año, los incrementos en los productos de la canasta básica y el alza de las tarifas de servicios como el gas, consideró han afectado la posibilidad de las familias para participar y mantener la tradición.
Pese a ello, confió que una vez se aproxime la fecha las ventas mejoren, sobre todo porque los interesados hacen cualquier tipo de esfuerzo para cumplir con las tradiciones.