POR: Ing. José Roberto Montalvo Intriago / COLUMNISTA
¿Sabían que la piña es una bromelia terrestre?
Las bromelias son esas plantas que crecen en los cables de luz o los árboles, a las que les llaman “piñatas”. Bueno, se llaman epífitas, ya que no viven del árbol ni de los cables, sólo utilizan esos medios para sostenerse ya que viven del ambiente y humedad, y las piñas son de las pocas bromelias terrestres que viven de los nutrientes de la tierra, y es una fruta muy conocida y cultivada.
Originalmente se cultivaba en Amatlán de los Reyes. De hecho existe en la entrada a ese lugar el Puente de la Piña, en honor a ese cultivo que hoy en día ha desaparecido en el municipio amatleco. De ahí se fue a Isla y Loma Bonita, en donde ha progresado exitosamente, allá ver piñas es como ver cañales en nuestra región.
Tezonapa y la región tienen tierras mejores y más fértiles que las zonas piñeras, clima inmejorable, llueve más, por lo que la planta se da mucho mejor y con menos estrés, ya que nunca deja de crecer.
Les voy a platicar a grandes rasgos del cultivo comercial. Cuánto se gasta, cuánto dura el cultivo, cuánto produce y cuánto se gana, todo aproximadamente para darse una idea de que cultivar piña es una opción viable para generar riquezas y empleo todo el año, y no sólo en época de zafra o de cosecha de café o hule.
Miren, las piñas se cultivan para dos mercados diferentes: uno es para fruta fresca y el otro es para empacadoras donde hacen jugo y fruta en conserva.
El cultivo para fruta de empacadora tiene una diferencia, que el fruto debe ser más chico por la maquinaria que utilizan para pelar y procesar, si fuera más grande la piña se desperdiciaría mucho; y la otra diferencia es que el cultivo tiene una densidad mayor, de hasta 60 mil piñas por hectárea, pero nos interesa más el cultivo para fruta fresca, aboquémonos en eso.
Para fruta fresca, se está manejando una densidad de 45 mil piñas por hectárea, y está lista para la cosecha a los 12 meses de sembrada la plántula. Todo depende del tamaño de ésta o el hijuelo, que entre más grande más rápido se puede inducir a floración, porque la mayoría de las piñas se inducen para que floreen más rápido y a su vez fructifiquen. Con ese método se logra una producción uniforme y se puede escalonar la cosecha, por ejemplo: programar para cosechar cierta cantidad cada mes y así tener producto todo el tiempo y más cuando el precio es alto.
El costo aproximado de producción es de 100 mil pesos por hectárea, viene saliendo cada piña a 1.60 pesos y el precio promedio por tonelada es de 3 mil 500 llegando a los 6 mil pesos, y por mucho que baje a los 2 mil pesos la tonelada, una hectárea produce 60 toneladas, estamos hablando que en promedio de utilidad es el doble de lo que se invierte, vendiéndolo a las empresas que acaparan el producto.
Pero si somos más inteligentes y emprendedores, podemos vender directo al público entre 15 a 20 pesos una piña, entonces ahí las ganancias serían exponencialmente ¡mayores! Obviamente todo es con esfuerzo y ganas, haciendo rutas de ventas en las ciudades y colonias.
Si nos vamos a números, la hectárea produce 60 toneladas a un precio promedio de 3 mil 500 pesos, daría un total de 220 mil menos 100 mil de costo de producción, obtendríamos una utilidad de 120 mil !por hectárea!
Definitivamente es una opción de producción muy buena para nuestra región.
Ahora, ¿se imaginan si nos ponemos a vender al público? Es más trabajo, pero sería más redituable que vender a 3.50 pesos una pieza que podríamos venderla entre los 15 y los 20 pesos.
Les doy una idea. la hectárea tiene una densidad de 45 mil plantas. Si las dividimos en 54 semanas, darían 833 piñas por semana; con el método de inducción podríamos programar cosechar cada semana las 833 piñas y así tener todo el año, y tendríamos el reto de vender 833 piñas por semana al público a un precio de 10 pesos, bien barata. Serían 8 mil 330 pesos por semana y por 54 semanas nos daría una venta anual de 450 mil pesos, casi medio millón. ¿Se imaginan?
Una hectárea nos daría trabajo todo el año; un trabajador promedio en cualquier empresa gana seis mil pesos al mes y al año 72 mil pesos, pónganle 90 mil por el aguinaldo, la pregunta es ¿prefieres ser empleado común o sembrar y vender piñas?
Querer es poder, cuando tenemos ganas de trabajar y salir adelante, se puede. Con constancia y trabajo, y claro sabiendo bien lo que se va a hacer, informarse y asesorarse con expertos o gente con experiencia.
Desde acá mando un saludo a dos colegas: al Ingeniero José Erick Ruiz, de Xalapa, gran agrónomo y experto en la materia; también a mi amigo y compañero de la Facultad al Ingeniero Rosario Maciel, de Loma Bonita, un piñero de corazón.
Atte: ¡Beto el
Piñero!
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