Veracruz.- Inicia un nuevo año, aunque donde hay esperanza para muchos, para otros solamente hay incertidumbre. Los Tiburones Rojos de Veracruz encararán una campaña complicada para el Torneo Clausura 2017.
El equipo en el puerto se tambalea, tanto a nivel deportivo como en el plano extracancha. En el primer rubro, los Escualos tuvieron un 2016 desastroso, que les costó la tranquilidad de su cociente. Veracruz está ahora en un peligro muy serio de descender, si se toma en cuenta que Necaxa está muy cerca de amarrar la permanencia, a los rojos les quedará pelear con Morelia y aquí es donde la situación de los dirigidos por Carlos Reinoso se torna más dramática, si se toma en cuenta que Veracruz llegó a tener dos dígitos de ventaja sobre Morelia en la tabla de cocientes. Ahora, solamente 2 puntos separan a los porteños del sotanero michoacano.
El segundo aspecto no es menos relevante: el equipo tiene que lidiar con fuertes oleadas de rumores de (otra) factible mudanza. Tamaulipas, Sinaloa pero sobre todo Celaya son las plazas que suenan muy fuerte para recibir la franquicia que, en caso de confirmarse, viviría su última temporada en Veracruz.
A pesar de todo esto, los jugadores Escualos intentarán a toda costa salir adelante del huracán en plena época invernal. A diferencia de ocasiones pasadas, los Tiburones dejaron ir para esta ocasión a dos de sus baluartes como eran Julio César Furch y Gabriel Peñalba, pero los refuerzos son importantes en cantidad y solamente el tiempo dirá si también lo son en calidad.
Elementos de amplia experiencia como Egidio Arévalo y Javier Orozco se suman a jugadores que tienen sed de revancha y que los hará peligrosos como Cristian Pellerano y Eduardo Herrera, todo sumado a piezas del extranjero y a un regreso: el de Ángel Reyna.
Con 15 altas, el reto del técnico será encontrar la estabilidad necesaria para maximizar las posibilidades de su escuadra; no obstante, el Maestro, Carlos Reinoso también necesitará encontrar su propio equilibrio después de lo vivido en 2016 al salir del timón de los Escualos para regresar meses después ante el despido de Pablo Marini.