En una discusión en facebook, sobre la situación de la deforestación de nuestra zona, se han generado muchos comentarios, desde los de Lenin en el sentido de que los gobernantes se hacen tontos y no aplican las leyes. Ernesto de Gasperín y su inteligente punto de vista de que las cuestiones ecológicas no generan votos porque no son de interés de la población. Anhuar Sáinz y su preocupación de la destrucción generalizada de bosques, ríos y todo nuestro entorno. La de Pilar Campollo y su angustia al ver que la cementera se acaba el entorno de Ixtac. Y la más brillante de todas, la de Juan Salmerón, que afirma (con absoluta razón) que simplemente discutimos y no hacemos nada por remediar.
Mi propuesta es muy sencilla. A pesar de que el gremio de abogados tiene tan mala fama como el de contadores (yo soy contador), debe de haber algunos abogados como Clemencia Manzur (que ya ofreció su apoyo), que puedan reunirse con un grupo de ciudadanos, y comencemos a hacer algo más que bla, bla, bla.
Sabemos que los tribunales locales están sometidos a intereses de diversa índole, sin embargo, al llegar a los tribunales colegiados y de allí para arriba, las cosas cambian. Allí generalmente sí se aplica la justicia. Por ello, mi propuesta es combatir a los malos funcionarios y a los grandes intereses, (incluidas las mafias de todo tipo) mediante recursos legales. Denunciar al funcionario que no cumple su función, incluyendo a los policías de seguridad pública que reciben su mochada por cada cargamento de madera que dejan pasar, y las grandes empresas madereras que están haciendo su agosto, dejando a la región sin posibilidad de abastecimiento de agua en el futuro, por la relación entre deforestación y daño a los mantos freáticos.
Está claro que los gobiernos de los municipios que permiten la tala no están haciendo su trabajo. Lo mismo se puede decir del gobierno estatal y del federal. En mi lógica, hay que preparar una denuncia bien fundamentada, y comenzar a señalar a quienes tienen el deber legal de impedir la tala y no lo cumplen. Este sería el primer paso del grupo que propongo. De allí seguir a vigilar a alcaldes, y funcionarios estatales sólo hay un paso. Y si encontramos pruebas suficientes de que un funcionario no cumple su trabajo, pues denunciarlo también. No sólo en las instancias correspondientes como sería el área de acceso a la información o el área de contraloría, sino también ante las autoridades judiciales, por incumplimiento de un deber legal (no hay que olvidar que los funcionarios públicos están obligados a cumplir y hacer cumplir las leyes que rigen su función). O pasar a denunciar corruptelas, complicidades, etc.
Esto puede generar un movimiento (no de revoltosos), sino de ciudadanos, que vigilen el actuar de sus empleados (los funcionarios), y los obliguen a cumplir su función. Al ser de ciudadanos, se usan las redes sociales, para generar aún más presión sobre quien tenga que decidir el futuro de funcionario y sobre quién habrá de juzgarlo. Con esto se genera además un proceso de ciudadanización de la sociedad, en la cual se le demuestra a la población que convertirse en ciudadanos no es tan difícil, y que tiene sus ventajas, como vivir en un mejor entorno y un mejor país.
Sólo falta que exista interés. Hoy nadie puede decir que esto es político. Ya comenzaron las campañas y no estamos con ningún candidato. Aunque…. Sí…. Sí es político, pues todo lo que concierne a la “polis”, es político. Pero sin intereses partidistas, sino un intento más por lograr que las cosas funcionen bien, sin mucho gasto, sino con la unión de talentos de ciudadanos y profesionistas interesados en un mismo fin.
Esto se va a lograr algún día, hoy o mañana, pero se logrará. Quizá no lo veamos, pero la presión del entorno y la falta de eficiencia en el quehacer público nos van a obligar a convertirnos en ciudadanos, a menos que involucionemos y nos convirtamos en seres absolutamente apáticos e irresponsables.
Si tienes interés en este asunto, mándame un correo electrónico y vemos si podemos reunirnos y comenzar a caminar para arrear mulas, perdón, para vigilar funcionarios públicos.
