NUEVO LEÓN.- No alcanzaron 90 minutos para definir al Campeón del Apertura 2016. Tigres y América se presentaron al estadio Universitario con la cautela como bandera y bajo el mismo tenor se alcanzó el tiempo extra, instancia en la que parecía llegar un nuevo título azulcrema.
Las Águilas se acercaron al campeonato del Apertura 2016 con un cabezazo del más joven de su plantilla: Edson Álvarez se erigió como un príncipe entre la multitud y envió el balón a las redes anteponiendo la testa, pero la corona llama a su reino y la historia continuaba en el tintero.
Ese primer gol cayó al 94’, cuando el aliento apenas se recobraba tras el descanso y con el trofeo gravitando como un volado; justo así ocurrió hasta el último minuto y un poco más, con la tanda de penaltis como la instancia definitiva.
Los Tigres parecían desahuciados, agónicos entre la desesperanza que se esfumó en la frente de Jesús Dueñas. Un centro de Damm flotó a media área y entonces saltó, casi tras bambalinas, una heróica contención con aires de romperredes.
Desde el centro del área se jugó otro partido: América fue la presa y Tigres el victimario. El duelo mental alcanzó tintes insospechados y Nahuel Guzmán fue la mente maestra, así se escribió un 3-0 a no olvidarse en San Nicolás, que vivió su propio milagro de Navidad.