Buenos Aires.- Recién llegado a Argentina desde Corea del Sur, el primer perro clonado de América Latina ya es una estrella mediática y tal vez, el primer exponente de una industria naciente: la controvertida clonación de mascotas. Su embrión se gestó a partir de las células de Anthony, un perro mestizo adorado por sus dueños que murió a los 17 años. Sin poder recuperarse de la pérdida, su familia decidió intentar una clonación. “Nos trajeron una muestra de la oreja, que se tomó cuando el animal había muerto -cuenta Daniel Salamone, director del Departamento de Producción animal de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) y de la International Embryo Transfer Society-. Cultivamos y reprodujimos las células en el laboratorio. Como era un animal viejo, equiparable a un ser humano de 80 años, tenían menos capacidad de dividirse.” Un procedimiento como éste tiene un costo de entre 70 mil a 100 mil dólares.