Todo mexicalense recuerda a la mujer más famosa y bella de México. Era la mujer de nuestro libro de texto. ¿Puedes recordar la belleza de su porte?
Victoria Dorenlas era mesera de un bar, a donde acudían pintores e intelectuales de la talla de Diego Rivera.
Jorge González Camarena (hermano de Guillermo, el notable jalisciense inventor de la TV a color) fue pintor y muralista, autor de la obra ya famosa.
Él narra que batalló para convencer a esta hermosa indígena para que posara y diera vida a su obra La Patria (1962), que hoy ya todos recordamos.
Ella se negaba a posar para Camarena, porque tenía pavor a su marido. Era casada.
Su marido era un pistolero y guarura. Le amenazaba descargando a cada rato su pistola con balazos cerca de sus pies. Le advertía que si posaba la mataría.
Un día, González Camarena pasó por su casa, vio la señal de luto y pensó lo peor.
Él se baja del auto y pregunta.
Resultó ser que quien había muerto era el rufián, su marido.
Lo asesinaron. El que a hierro mata…
El destino de Victoria estuvo de su lado —y del País— Victoria Dorenlas quedó viuda a los 19 años de edad.
González Camarena dejó pasar los días de luto: ya lo demás es historia (para regocijo de nuestros ojos y no pocos corazones).
Victoria Dorenlas se mudó a París, para vivir con un artista.
Desde entonces no se sabe de ella.
La belleza tiene el precio del anonimato.