POR: José Miguel Cobián / COLUMNISTA
Acabamos de leer en los periódicos que ya se adjudicó la cuarta convocatoria de la ronda 1, la 1.4, en cuatro áreas frente a las Costas de Veracruz. Los veracruzanos nos preguntamos, qué significa esto para nuestro presente y nuestro futuro. Trataré de explicar sin mucho conocimiento lo que esto representa para nuestro Estado y cómo se van a mover las inversiones en el corto y mediano plazo, además de las oportunidades de negocio para las cadenas de proveeduría local.
Las aguas profundas están definidas por aquellos campos que tienen un tirante de agua superior a mil metros. Es decir un kilómetro o más debajo de la superficie del mar. Lo primero que nos preguntaríamos es ¿Qué inversiones vienen en camino? La respuesta no es exacta, pero quien esto escribe, calcula que serán aproximadamente cuarenta mil millones de dólares. ¿En qué plazo? La respuesta según los expertos varía de ocho a diez años. ¿Cómo se va a distribuir? También los expertos consultados me informan que será un 3.3% en las actividades de sísmica; 54% en perforación exploratoria y producción; 25% en equipo submarino, y 8% en plataformas de producción.
¿Qué es la sísmica? Es el estudio de resonancias del lecho marino que se hace en embarcaciones especializadas, para ubicar los lugares exactos de perforación. El equipo submarino, también requiere tecnología de última generación, de la cual México carece. Incluye entre otros, submarinos especializados, anclajes, ducteo, robots, cementación, lodos, etc. Las plataformas podrán ser construidas en México o en el extranjero.
México tiene que asociarse porque no tiene tecnología ni el know how para poder explotar estos yacimientos. Seguimos con la explicación: Una vez descubiertos los yacimientos, se hacen los estudios de sísmica y otros necesarios para ubicar las profundidades y composición (poroso, fugas, en un sólo lugar, en general la complejidad del campo de exploración). Esta etapa dura de un año a dos. Después viene la perforación exploratoria, para confirmar los resultados de todos los estudios y análisis in situ. Conforme avanza la perforación exploratoria, se van delimitando los pozos. A estas alturas el proyecto ya lleva dos años o un poco más de iniciado, y se lleva una inversión de doscientos millones de dólares por cada perforación realizada.
Comienza entonces la etapa de construcción de equipo de producción. La razón de comenzar a estas alturas, es que el equipo es específico para las características de cada pozo, y cuando se termina esta etapa ya llevamos aproximadamente cuatro años. Conforme se va instalando el equipo de producción, se inicia la etapa de construcción del equipo y las instalaciones submarinas. El cual debe de estar terminado, probado y certificado en cuanto a seguridad y calidad, en un período de seis años a partir del inicio del proyecto.
A partir de ese momento se sustituye la plataforma exploratoria por una de producción, se colocan las unidades y los equipos de medición. En ese momento brota el primer barril de petróleo extraído de aguas profundas mexicanas.
A partir de ese momento comienza el verdadero proceso. ¿Qué voy a hacer con cada barril de petróleo? ¿Cómo lo llevo a tierra? ¿Qué calidad tiene? ¿Cómo mide el Gobierno mexicano la producción? ¿Lo vendo como petróleo crudo o lo proceso? ¿A dónde lo descargo y quién me lo procesa?
Los veracruzanos tenemos oportunidades enormes de aprovechar esta derrama económica, pues una parte de la inversión tiene que tener un componente nacional por disposición de Ley. Obvio es que la mano de obra tendrá que ser certificada y con calidad internacional. Los mexicanos tenemos las habilidades y la experiencia para competir con cualquiera. El crudo se lleva a tierra por dos vías. Se pueden construir oleoductos del yacimiento a tierra, o enviarse mediante buque tanque. Normalmente hay cuatro buques tanque alrededor de la plataforma de producción, con el fin de que se trabaje 24/7. La calidad se determina siguiendo el proceso de la API, (American Petroleum Institute), obteniendo el grado de viscosidad y mejor temperatura de funcionamiento, así como los agregados que pudiera contener.
Para México tenemos la oportunidad de reactivar la actividad productiva de las seis refinerías existentes, e incluso, según los expertos consultados, será necesario construir al menos seis refinerías más en el golfo de México. Para Veracruz hay una gran responsabilidad, reactivar el clúster petroquímico del Sur del Estado.
El Gobierno mexicano mide la producción con sensores colocados en la boca del pozo. En plataforma, en buque tanque o en su caso en el ducto y al llegar a tierra. Normalmente las lecturas son diferentes en cada proceso, debido a la temperatura del crudo. Pero estas variaciones pueden ser verificadas mediante estudios estadísticos y de expansión o contracción conforme a la viscosidad del crudo.
El Gobierno de Veracruz, las empresas veracruzanas, y los jarochos tenemos enfrente un gran reto que no podemos desaprovechar.
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