Washington.- Estados Unidos hizo un paréntesis de sus actividades ayer, para rendir tributo a través de múltiples formas a hombres y mujeres caídos en conflictos armados en que ha participado este país.
Día de minutos de silencio y toque de queda, de coloridas banderas y dolorosos recuerdos entretejidos con orgullo y satisfacción, día de flores y desfiles, de visitas a tumbas o ceremonias ante monumentos con el único propósito de honrar a quienes entregaron su vida al servicio de la patria.
En el Cementerio Nacional de Arlington, el presidente Barack Obama externó su preocupación de que el servicio de los militares no sea totalmente apreciado en una era en que la gran mayoría de norteamericanos no hayan sido directamente tocados por la guerra.
“Los estadunidenses debemos honrar el sacrificio de hombres y mujeres, particularmente en tiempos en que el papel de combate de tropas en Irak ha terminado y casi concluye en Afganistán”, dijo el presidente Obama tras colocar una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido y escuchar el himno nacional de este país, interpretado por la Banda de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, al encabezar una ceremonia en el Anfiteatro del Cementerio Nacional de Arlington.
“Arlington es el hogar de hombres y mujeres dispuestos a dar todo, incluyendo su vida, para preservar y proteger el suelo que amamos”, dijo Obama, acompañando de Chuck Hagel, Secretario de Defensa, destacando los “latidos y corazones” de las Fuerzas Armadas”.
Antes, a primera hora, el presidente Obama y su esposa, Michelle Obama, desayunaron con familiares de soldados caídos, condecorados con Estrellas de Oro o Gold Star, quienes le externaron su preocupación porque “el servicio de los hombres y mujeres en uniforme no es plenamente reconocido”.
Agencias