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MÚSICA Y CANTO

Superiberia

POR: Andrés Timoteo / COLUMNISTA

Dios le gusta la música y le deleita el canto, dicen los monjes benedictinos de la abadía de Saint-Pierre de Solesmes, en la Bretaña francesa. En ese recinto –que es una delicia visitar- durante siglos se ha resguardado, ensayado y transmitido el ritual del canto gregoriano para animar las celebraciones religiosas. Los benedictinos sostienen que Dios es sonido como los cita el Evangelio de San Juan: “En el principio era el verbo y el verbo era Dios”.

 Y el “verbo” es sonido, Dios es sonido,  y el sonido llega a ser canto y música. De ahí que la sabiduría popular enseña que Dios escucha mejor la oración en voz alta y si es cantada, lo embelesa. Por eso el rey David de Judea, uno de sus consentidos en la tierra, le cantaba y bailaba. De ahí el Cantar de los Cantares en la Biblia  y por eso también se asegura que cantando se ora dos veces. Y de entre todos, los músicos destacan entre los bienqueridos de Dios.

 Ayer martes se festejó a Santa Cecilia, la Patrona de los Músicos, una noble romana del siglo II  que fue torturada por convertirse al cristianismo y que a la hora del martirio, mientras su cuerpo era lastimado, oraba en voz alta, cantando. En México, los músicos le hacen fiesta a Santa Cecilia, pero también la honran los poetas, pues ella es Patrona de quienes ensayan el quehacer de rimar las palabras y llevarlas a la cúspide de la literatura. La felicitación va, pues, para músicos y poetas que deleitan no sólo a los terrenales, sino al morador de las alturas.

Y hablando de música y jolgorio, aunque en un tema más profano, se  saluda la decisión del presidente del comité organizador del Carnaval de Veracruz, Luis Antonio Pérez Fraga, de someter a la decisión popular la identidad del personaje que representará al Mal Humor en el festejo del 2017 y que será sometido a juicio popular y enviado a la hoguera para exorcizar la ira colectiva. Hay que recordar que con la ceremonia de la “Quema del Mal Humor” se inicia la fiesta carnavalesca.

 El empresario finalmente se chispó –o al menos eso intenta- de la censura convenenciera que pretende ejercer el alcalde porteño, el priista Ramón Poo, para impedir que los jarochos decidan a quién escarmentar en la fiesta del Rey Momo. Es más, Pérez Fraga reconoció que hay un clamor popular creciente exigiendo que el gobernante con licencia Javier Duarte y su esposa Karime Macías, sean representados en los monigotes de papel para ser achicharrados en las llamas.

 Vaya que esa pareja ha colmado a Juan Pueblo. Se robaron todo lo que pudieron y huyen a placer. Llevan más de un mes a salto de mata, escondiéndose con la venía de las autoridades consentidoras, mientras los veracruzanos sufren las consecuencias del latrocinio que cometieron. ¿Por qué no darle a la turbamulta esa satisfacción de castigarlos aunque sea en la parodia?

Ojalá que la intención del señor Pérez Fraga de valerse de una consulta en redes sociales –como se hizo para elegir el elenco musical- para seleccionar al Mal Humor se logre concretar y no sea vapuleado por el fidelista Ramón Poo, cómplice en varias trapacerías que hizo Duarte. ¡Qué el popular ‘Pollo’ Pérez Fraga le rece a la patrona Santa Cecilia para que ella le ponga un tapón en a la boca al edil!

PRÁCTICA ASESINA

 Por cierto, Duarte de Ochoa, sus cómplices -y también su impresentable antecesor- no solo se robaron el presupuesto federal, sino también le hurtaron la vida a muchas personas. El periódico El Universal documentó que desde la Secretaría de Salud se habrían desviado más de 9 millones de pesos simulando la compra de 70 mil pruebas rápidas para detectar el VIH-Sida destinadas a mujeres embarazadas atendidas por el Programa de Salud Maternal y Perinatal.

El dato es escandaloso, pero no es noticia nueva, pues en Veracruz, desde el 2014 la  doctora Patricia Ponce Jiménez del Grupo Multisectorial VIH/Sida dio la voz de alerta sobre el uso de pruebas falsas para detectar esa infección y no le hicieron caso las autoridades. Esos dispositivos engañosos tienen un saldo criminal, pues las mujeres embarazadas a las que se les aplicó nunca supieron si estaban contagiadas y seguramente no se sometieron al tratamiento pertinente, lo que provocó que contagiaran a sus hijos en el momento del parto. Es decir, los funcionarios ladrones condenaron a padecer esa enfermedad a mucha gente, mujeres y bebés.

 Y no es el único caso criminal, pues desde el sexenio pasado también hicieron negocio con medicamentos oncológicos falsos que se destinaban al Centro Estatal de Cancerología (Cecan) de Xalapa. El innombrable, Duarte, quien era secretario de Finanzas y el empresario Andrés Beceiro, uno de los prestanombres del exgobernante,  se robaron cientos de millones de pesos; engañando a los pacientes les daban tratamientos con medicinas que no era más que agua destilada. Así, decenas o quizás cientos de personas que combatían leucemia o tumores, perecieron y esas muertes las cargan en sus espaldas esos pillos de la fidelidad.

En este asunto también debe haber una comisión de la verdad, pues es tan grave como los pactos que se hicieron con el crimen organizado. Ambos costaron miles de vidas. Es imposible dejar de indagar esa práctica asesina de robarse el dinero en el rubro de salud y condenar a muerte a la población. Ni Duarte ni el innombrable, ni el resto de sus compinches, deben andar libremente mientras que hay decenas que fallecieron o siguen enfermos al ser engañados con medicinas falsas o dispositivos apócrifos para detectar padecimientos incurables.  Si hay gente que está en la tumba o condenada a muerte, los pillos deben estar tras las rejas. Es lo mínimo.

En este mismo contexto, ayer el secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso, compareció ante el Congreso Local en el contexto de la glosa del Sexto Informe de Gobierno y ante los Diputados reconoció que hay investigaciones judiciales abiertas  por el caso de las pruebas falsas para detectar el VIH y señaló como responsable de esa anomalía a su antecesor, el cordobés Juan Antonio Nemi Dib, responsable de comprar los lotes de pruebas que resultaron apócrifos.

 Además, dijo que el cómico Nemi también debe solventar 2 mil 868 millones de pesos que dejó como faltante al realizar licitaciones irregulares de equipo, medicamento y otros servicios,  y contratación de personal –más de 500 recomendados- que saturaron la nómina de la dependencia. Pero ahora sí como dicen en la colonia: “Si ya lo conocen (a Nemi) para qué lo invitaron (a estar cerca de donde hay dinero)”. Mala fama para el terruño: otro cordobés rata.

 

PROSTITUCIÓN  ELECTORAL

Los  comicios históricos del pasado 5 de junio obligaron, de una forma u otra, a la recomposición de las dirigencias y militancias de los partidos políticos en Veracruz. Algunos de ellos decidieron purgar sus intestinos para eliminar a integrantes que traicionaron al instituto político y a los candidatos postulados a los cargos de elección popular, pues respaldaron –abierta o encubiertamente- a otros candidatos.

En el Partido Acción Nacional (PAN) realiza una purga de sus militantes aunque de forma tardía. La semana pasada el dirigente estatal, José Mancha Alarcón, anunció un proceso de expulsión contra 29 militantes que traicionaron al partido. Tres de ellos destacan porque fueron abanderados de otros partidos y a la vez están íntimamente ligados a la fidelidad, es decir, los “prostitutos electorales”, entre ellos el cordobés Juan Bueno Torio, quien compitió como presunto candidato independiente a la gubernatura pero que fue costeado por el Gobierno Estatal.

También el exdirigente Alejandro Vázquez Cuevas, quien compitió como candidato del Partido Encuentro Social (PES) y Alba Leonila Méndez Herrera, quien fue postulada por el Partido del Trabajo (PT). Los tres son, en cierta medida, también responsables del saqueo financiero de la Entidad, pues su traición al PAN fue pagada con recursos estatales. De Bueno Torio se habla que lo sobornaron “en euros”, como lo presumió el innombrable en una charla con incondicionales.  Vázquez Cuevas y Méndez Herrera se habrían llevado más de 20 millones de pesos cada uno por intentar robarle votos al panista Miguel Ángel Yunes.

 Hay otros 26 militantes azules que están bajo escrutinio y aunque sus nombres no los han dado a conocer, sin duda en esa lista estarán el exdiputado local, Domingo Bahena Corbalá y el exdiputado Federal Rafael Acosta Croda. Se especula que en ese  proceso de purga hay personajes como el exdiputado por Huatusco, Víctor Serralde –o como se llame en realidad- y el alcalde de Córdoba, Tomás Ríos Bernal, quien apuntaló a Bueno Torio en lugar de Yunes Linares. Ellos ejercieron a gusto el “taloneo electoral”, pactaron con la fidelidad y vendieron “plazas” y activismo al tricolor. Los resultados están a la vista con el triunfo del tricolor en Córdoba y el descalabro del panismo en otros distritos de la zona Centro.

En el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) la “prostitución electoral” también fue peculiar. El fin de semana la  Comisión de Honor expulsó a 17 de sus militantes, entre ellos el veracruzano  Sebastián Reyes Arellano, quien horas después de asumir la curul plurinominal se separó de su partido y la bancada, para declararse como diputado independiente, aunque sus mismos compañeros ya  lo ligan con Acción Nacional.

La  secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, afirmó que el objetivo es eliminar a “traidores, espías, infiltrados y vendidos”, aunque esos dichos se le vuelven en contra  si se consideran casos emblemáticos de “prostitución electoral” como el que sucedió en Veracruz en este año, ya que el propio Cui-tláhuac García Jiménez, candidato a la gubernatura, fue acusado de acordar con Javier Duarte para subir electoralmente. García Jiménez fue, según la voz popular, el candidato de lo que  muchos llamaron la alianza PRIMOR (PRI-Morena).

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