Orizaba.- Empresas del corredor industrial discriminan a personas tatuadas, además de que sigue siendo una constante su detención por parte de la Policía municipal en Orizaba, debido al aspecto físico al etiquetarlos como malvivientes, cuando lo que representan es un estilo de vida, expresó el contador público y artesano, Mario Castillo Reyes.
Al tener una profesión en contabilidad, acudió a varias empresas, entre ellas una refresquera y una arrocera, para solicitar trabajo al área de logística, pero simplemente le dijeron que no por su aspecto, destacando que no se puede juzgar el talento de una persona por su apariencia física, sino por sus conocimientos.
“El hecho de que me vieron los brazos me dijeron no se te permite, obviamente todavía no tenía la cara tatuada, entonces ya es una falta, una discriminación hacia las personas”, insistió.
Aunque explicó que no han sido los únicos desencuentros, porque también ha sido objeto de revisiones y detenciones por parte de los policías municipales, llegando al grado que dos días terminaba durmiendo en los separos por faltas a la autoridad, cuando lo único que hacía era hacer valer su derecho a no ser molestado por su aspecto.
“En la actualidad ya no me detienen porque soy conocido por ellos, saben que no tengo nada, antes sí era de tres o cuatro días a la semana y de esos, dos días era dormir en el Cereso, más que nada el argumento era por faltas a la autoridad, el hecho de no dejarse revisar lo toman como una falta a la autoridad, pero yo siento que ellos le faltan a la gente”, explicó.
Castillo Reyes se dijo satisfecho de su persona, en la actualidad es artesano y vende todo tipo de artículos, principalmente collares y pulseras, lee la carta astral y dice que tiene varias habilidades, por lo que conminó a la población a no prejuzgar, porque el interior es lo que más cuenta, dado que los tatuajes vienen desde los ancestros.
En el rostro tiene plasmado un escudo que representa la protección del pueblo y de los animales, en los brazos tiene dibujados demonios e inclusive tiene a Salvador Dalí, un gran muralista.
Desde los nueve años de edad comenzó a tatuarse, debido a que le llamaban la atención los libros que leía, desde los antepasados que practicaban esta técnica para pintarse sus cuerpos, inclusive relató que en la zona de Ixhuatlancillo se han encontrado vestigios de personas que también tienen la cara tatuada, el cuerpo y las orejas, no por eso significaba que fueran demonios o que anduvieran asaltando.