LA CÁTEDRA DE HOY
Como ningún otro año en el pasado reciente, el festejo del Día del Maestro llega en un contexto de crispación social pues miles de docentes están en pie de guerra en varios estados, repudiando la reforma educativa que impulsó el copetón Enrique Peña Nieto. Las protestas más intensas se libran en Michoacán, Guerrero, Oaxaca aunque hay otros doce estados con movilizaciones. Al hablar del magisterio disidente se da a entender que son los maestros ajenos al dominio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que es el más grande y el más doblegado ante el Gobierno Federal, aún cuando se encuentra encarcelada la que fue su lideresa en las últimas dos décadas, Elba Esther Gordillo.
El Día del Maestro pudo haber sido una fecha de festejo por la caída de Gordillo –pese a que su encarcelamiento no se deriva de un acto de justicia sino de un castigo político- pero fue superado por la movilización masiva de mentores que defienden derechos laborales y la educación pública. Actualmente hay una campaña mediática para descalificar las protestas magisteriales e incluso para justificar una eventual represión – a los maestros se les acusa de ser flojos, de abandonar las aulas, de ser irresponsables y fomentar la violencia- pero la población no debe perder de vista que los que ahora están protestando, son los formadores sociales de las futuras generaciones. Ellos preparan a las nuevas generaciones de mexicanos y su lucha en defensa de los derechos laborales y de la gratuidad, universalidad y laicidad de la educación es una forma de dar cátedra.
De ahí que no tiene desperdicio el grito lanzado en las manifestaciones para contrarrestar la campaña mediática en su contra: “¡El maestro luchando, también está enseñando!”. ¿Qué será de los futuros ciudadanos si los maestros hoy se quedan callados ante los atropellos laborales y la intentona de desmantelar la educación pública? Hay analistas que anticipan que la presente generación de alumnos podría ser una de las últimas que logre acceso a la educación básica pues las reformas en la materia apuntan a la privatización. El capital dominará la formación académica y en algunos años, si se permite, serán poquísimos los niños que podrán pagar una escuela.
Por ende, hay que tener mucho cuidado en satanizar a los maestros que hoy están en efervescencia. Caer en la trampa de la propaganda negativa y sumarse al clamor de reprimirlos es simplemente colocarse al lado de los que pretenden borrar de un plumazo uno de los logros de la Revolución Mexicana, que costó miles de vida, y que es la oportunidad de la población para formarse académicamente y lograr un medio de progreso social, es decir, de bienestar colectivo. Mucho cuidado: no toda protesta es mala y no toda reforma es buena, la sabiduría está en el distinguirlas y hoy los maestros están dando clases para ello.
Aquellos que abogan por el garrote y la macana son los que tienen los recursos para enviar a sus hijos a escuelas privadas o los que nunca han entendido lo que es el trabajo del maestro, muchas veces realizado por amor al oficio y en condiciones terriblemente adversas: sin material académico, recorriendo grandes distancias, enfrentando el hambre de los alumnos que les impide progresar y en años recientes, también bajo el yugo de la inseguridad y violencia que azotan al país. Los maestros que abrazan su profesión siempre han sido héroes del país.
LA MALA EDUCACIÓN
En Veracruz el pasado lunes algunos gremios magisteriales realizaron un paro de labores en varios puntos de la entidad y específicamente en Xalapa se apostaron enfrente de las sedes de la Secretaria de Educación de Veracruz (SEV) y del Instituto de Pensiones del Estado (IPE). Sin embargo, fue una “llamarada de petate” pues la movilización se apagó “a billetazos”, como se dice últimamente en el argot político. El Gobierno estatal anunció que se gastará 2 mil 100 millones de pesos en regalarles un mes de sueldo por el Día del Maestro y se acabó el sainete. En los pasillos del poder se habla que para los líderes magisteriales hubo cañonazos financieros mucho más elevados.
En la entidad no hay un magisterio crítico ni disidente, la mayoría de los dirigentes de los sindicatos son imitaciones burdas de la encarcelada Elba Esther Gordillo. Hay casos extremadamente insultantes como los de Acela Servin Murrieta, del SETSE, Ricardo Díz Herlindo del SETSUM, Enrique Levet Gorozpe del FESAPAUV, y la familia Callejas que se adueñaron desde hace varios años de las secciones locales del SNTE, primero Juan Nicolás Calllejas Arroyo que es considerado el cacique magisterial y heredó el cargo a su hijo, Juan Nicolás Callejas Roldán al frente de la sección 32.
Lo anterior sólo por citar a cinco de los peores líderes charros del magisterio local que son sinónimo de corrupción – enriquecimiento súbito, tráfico de influencias, venta de plazas, desaparición de cuotas y demás lindezas-. Han pasado décadas y ellos siguen en el poder sindical y sus fortunas personales opacarían a muchos políticos pues son dueños de ranchos ganaderos, edificios, lotes de carros, flotillas de taxis, socios de empresas constructoras y proveedoras del gobierno, además de que han sido diputados locales y federales sin pasar por las urnas pues la mayoría llegó a través de candidaturas plurinominales y suplencias de formulas.
Obviamente ninguno de estos líderes charros saldrá a las calles a defender la educación pública ni los derechos laborales de sus agremiados a diferencia de los docentes que hoy están en pie de lucha. Ellos sí son la cara sucia del magisterio y ejemplo de la mala educación. Y por supuesto que también dan cátedra: de cómo arrodillarse ante los poderosos, de cómo vender a sus agremiados, de cómo enriquecerse con las cuotas de los docentes y el tráfico de influencias y claro, de cómo perpetuarse en el poder. Para ellos, una trompetilla en este Día del Maestro.
VISAS AL PARAÍSO
En este año Europa celebra a uno de los mexicanos que hizo historia durante la Segunda Guerra Mundial por su defensa de miles de hombres, mujeres y niños que fueron víctimas del nazismo y el fascismo. Su nombre es Gilberto Bosques que fue cónsul general de México en Francia entre los años 1939-1942. Algunos en Alemania lo llaman “El Schindler Mexicano”, en referencia al industrial germano Oskar Schinler que logró salvar a mil 200 judíos del extermino practicado por el régimen de Adolfo Hitler. El diplomático Bosques habría salvado unas 45 mil personas, especialmente franceses y españoles, familias de judías y mexicanos radicados en Europa que quedaron atrapados por la vorágine de la ocupación alemana.
De ese número de personas, por lo menos 25 mil fueron españoles que acudieron a la generosidad del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas tras la Guerra Civil en el país ibérico. Cuando los nazis ocuparon París, la capital de Francia, Gilberto Bosques, trasladó la oficina consultar al puerto de Marsella, al sur de Francia. Allí alquiló dos castillos, Reynarde y Montgrand, a los cuales habilitó como refugios para los perseguidos. Como estrategia para ayudar a los que trataban de escapar de Europa, el cónsul expedía visados a nombre del gobierno de México, con el fin de que ese documento pudiera servirles para moverse de frontera en frontera.
A esos documentos se les conoció como “Visas Bosques” o “Visas al Paraíso” pues representó para ellos la salvación y la salida del infierno bélico. De 1939 a 1942, Bosques mantuvo los refugios en Marsella pero en el último año México rompió relaciones diplomáticas con Alemania y le declaró la guerra. A inicios de 1943, Bosques y 43 personas más que laboraban en el consulado fueron detenidos por la Gestapo, la policía alemana y se les mantuvo presos durante un año hasta que fueron liberados en 1943. Sin embargo, su actividad a favor de los perseguidos no paró allí ya que después de la Segunda Guerra fue nombrado embajador en Portugal donde continuó su ayuda a los españoles que huían de la dictadura de Francisco Franco, el falangista.
Bosques fue también embajador en Suecia y Cuba pero se retiró en 1964 cuando llegó al poder el represor Gustavo Díaz Ordaz, responsable de la matanza estudiantil en 1968. Hombre de causas justas e ideales inamovibles, Bosques supo que con Díaz Ordaz llegaba una época negra para el gobierno mexicano y se negó a continuar como representante diplomático bajo su mandato. “No quería verme como colaborador de ese señor”, dijo en una de sus últimas entrevistas. Don Gilberto fue premiado con una vida larga, llegó a los 103 años de edad y una mente ágil que se mantuvo lúcida hasta el final. Murió en 1995.
Y como se decía líneas arriba, este año ha sido de homenajes en Europa para Bosques. Ya lo han enaltecido en España y Alemania, y en este mes, la Casa de México en Francia presenta el ciclo de homenaje denominado “Visas al Paraíso” que se inauguró ayer lunes con el vernissage (inauguración) de la muestra fotográfica “Une Oasis de Liberté à Marseille” (Un oasis de libertad en Marsella). El ciclo de homenaje al cónsul mexicano fue impulsado por la Asociación Internacional Humanitaria Gilberto Bosques, formada en París por un grupo de mexicanos encabezados por la investigadora Georgina Moreno y los profesores Sergio Ávalos y José Manuel Aguirre.
Esta misma agrupación lidera proyectos de solidaridad en comunidades rurales e indígenas de México. Además, la asociación tiene proyectos para apoyar la solidaridad internacional, la difusión de ideas a través del ciberespacio y la defensa de las causas populares desde Francia, un país que ha sido faro internacional para las libertades de los hombres. Enhorabuena por ellos y estas iniciativas humanitarias que surgen a nombre de un gran mexicano como Don Gilberto Bosques, llamado también “El gigante de la solidaridad internacional”. Un orgullo de México cuyos héroes no siempre son conocidos ni sus nombres adornan calles, plazas, escuelas o poblados.