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Leyenda Necesaria

Superiberia

“A las leyendas no las secuestran”, decían –y dicen aún-  burlonamente  muchos intelectuales, estudiosos y periodistas de la Ciudad de México, cuando escuchan que en Veracruz le llaman Hombre Leyenda al exgobernador Fernando Gutiérrez Barrios y le anteponen el “Don” a su nombre en señal de reconocimiento. La puya alude al secuestro que Gutiérrez Barrios sufrió en el año 1997, pese a que era uno de los personajes mejor informados de la Nación, experto en el espionaje y la inteligencia policiaca.

 En efecto, al exMandatario estatal lo plagiaron por órdenes de las cúpulas del poder al que sirvió. Se dice que fue la nomenclatura liderada por Carlos Salinas de Gortari, el más innombrable de los innombrables, el mismo que llevó a Gutiérrez Barrios a la Secretaría de Gobernación en 1988, cuando arribó a Los Pinos,  y que lo destituyó,  tres años más tarde, para atajar sus aspiraciones presidenciales.Pese a ello y a los claroscuros que tuvo Gutiérrez Barrios como hombre del sistema -fue acusado de ser el represor y exterminados de la disidencia política en los años de la llamada “guerra sucia” en el País-, en Veracruz se le rinde pleitesía por una sencilla razón: la ‘mano dura’ que lo distinguía la usó para pacificar al Estado y meter en orden a las mafias caciquiles que lo asolaban porque su antecesor en la gubernatura, Agustín Acosta Lagunes, les entregó el Estado para que delinquieran a gusto.

 Acosta Lagunes -quien, por cierto,  es uno de los tres personajes amados por el prófugo Javier Duarte, los otros dos son el dictador español Francisco Franco y su innombrable predecesor- dio permiso a los grupos criminales para robar, secuestrar, asesinar y controlar las actividades delictivas, vaya, tal como sucede actualmente desde que comenzó a gobernar la fidelidad, en los últimos dos sexenios,  nada que en lugar de familias caciquiles son cárteles de la droga.

 Pues bien, la proeza de Gutiérrez Barrios fue que en sólo dos años encarceló o desterró a esos caciques y devolvió a los veracruzanos la tranquilidad. Por eso es el Hombre Leyenda y por eso todavía lo mencionan respetuosamente como “Don Fernando”. Hoy, en plena transición política, es necesario un personaje de ese tamaño para que regrese la legalidad a Veracruz. Se requiere una nueva leyenda para pacificar la Entidad, para detener el baño de sangre, y la pregunta que ronda en el imaginario colectivo es si Miguel Ángel Yunes Linares puede llenar esa necesidad.

 Yunes no fue del grupo político de Gutiérrez Barrios, pero si tiene esa característica de hombre de Estado y de “mano firme” –por no decir, ‘mano dura’- que se requiere con urgencia, no contra el pueblo sino contra la delincuencia criminal y la política. Ya se demostró que dos años si son suficientes para rescatar la vida pública de la Entidad y también es tiempo apto para que Yunes Linares se gane el prefijo de “Don”, como en su momento lo hizo Gutiérrez Barrios e incluso, encarne  la nueva leyenda.

 Por cierto, los homenajes luctuosos a Gutiérrez Barrios están tan descuidados que ayer en la ceremonia oficial realizada frente a su efigie en Boca del Río asistió pura morralla, tremendos granujas, a la guardia de honor: Flavino Ríos, Alberto Sosa Hernández, Octavia Ortega, Renato Alarcón, Belén Fernández, Tonatiuh Pola y Raúl Zarrabal. Tanta bazofia desluce la leyenda. ‘Ya ni la amuelan’, como dirían en la colonia.

CANDADO Y LUPA

Sobre el tema de la alternancia política, ayer domingo el Gobernador electo  presentó a los integrantes del equipo de entrega-recepción para cada una de las Secretarías de despacho, pues el proceso de transferencia administrativa comenzará el martes primero de noviembre y es de destacar las cuatro condiciones establecidas para realizar dicha transferencia. La primera es que cada equipo accederá a las reuniones para recibir los dosieres con un auditor y un abogado.

 Es decir,  se pondrá la lupa a cada oficina para detectar irregularidades y presentar las denuncias correspondientes. En segundo lugar, se pidió que a partir del martes “se aseguren y sellen todas la bodegas y archivos en todas las dependencia públicas”, para que no salgan ni bienes, ni recursos, ni documentos, salvo los insoslayables en algunos ramos esenciales.

Además, que se detenga la destrucción de pruebas documentales, pues se sabe que en todas las dependencias están quemando o triturando archivos, y en otras más los alteran para ocultar los actos de corrupción.

 La tercera es que el oaxaqueño Ríos Alvarado detenga la estrategia de garantizar los robos transexenales, suspendiendo todo acto jurídico que comprometa el patrimonio de la Entidad –léase que entregue bienes, servicios, concesiones, permisos y promueva leyes leoninas para blindar a la fidelidad y afectar a los veracruzanos-. Y el cuarto es que la prensa esté presente en todas las reuniones para la entrega-recepción y eso es algo inédito en la historia de la Entidad porque a los reporteros siempre los marginan de dicho proceso.

De esta forma se busca transparentar el proceso, que la ciudadanía esté informada sobre el estado que guarda la cosa pública de la entidad.

Un punto medular a subrayar es que en los equipos conformados por Yunes Linares fueron incorporados personajes de todos los partidos políticos –incluso priistas- y representantes de la sociedad civil, lo que los hace plurales. De especial relevancia es la  participación del investigador universitario Hilario Barcelata en el equipo para Sefiplan; de la atleta paralímpica, Ángeles Ortiz y del exdiputado federal, Uriel Flores, en el equipo de la SEV. Ambos con probidad y autoridad moral, para ser fedatarios ciudadanos y revisadores.

 Sin embargo, también en dichos equipos se colaron reverendos pillos como: Francisco Monfort Guillén, Rogelio Franco, Pedro Manterola, Gabriela Reva, Agustín Basilio de la Vega, Ángel Deschamps, Patricia Fernández, Tito Delfin y Alejandro Salas, por citar algunos. Con ellos, Yunes Linares tendrá doble trabajo pues tendrá que vigilar a los funcionarios que van a entregar y vigilarle las garras a los de su propio equipo, pues esos personajes cargan con antecedentes de meterle mano al cajón y llevarse lo que se pueda. Además, de que por un puñado de monedas son capaces de venderhasta sus almas.

FUTURISMO

Vigilarlos es inevitable porque también la conformación de esos equipos de transición lleva una buena carga de futurismo, a sabiendas de que algunos de ellos se perfilan para ocupar posiciones  en el nuevo gabinete, sean como titulares de las Secretarías o los cargos medios como Subsecretarías, Direcciones y Jefaturas. Es más, también se menciona la posibilidad de que su paso por el organigrama estatal, aunque sea muy breve, pueda ser trampolín para otros hacia postulaciones en los comicios para renovar las alcaldías del año próximo.

 Dos cordobeses destacan en esos nombramientos: la exdiputada federal Leticia López Landero, quien fue incorporada  al grupo de la Secretaría de Desarrollo Social y el todavía diputado local, Hugo Fernández Bernal, que participará en los equipos de Sefiplan y SEV. Ambos son aspirantes a la candidatura del PAN por la presidencia municipal de la Ciudad de los Treinta Caballeros, aunque la versión en los mentideros políticos es que a Fernández Bernal le darán una subsecretaría en Educación y a López Landero la candidatura blanquiazul.

¿Será?

 Otro que destaca es el orizabeño Alejandro Zairick Morante, todavía legislador local y que intervendrá en el equipo de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco). De él se dice que sería el titular de la misma, aunque también se le baraja como posible candidato del PAN a la presidencia municipal de la Ciudad de las Aguas Alegres. Zairick es uno de los pocos personajes con el privilegio de ‘deshojar la margarita’ para quedarse en el Gobierno Estatal u optar por una Administración municipal.

LOS TARDÍOS

El sexenio termina desfondado y en sainetes.

El viernes pasado, los maestros y jubilados en Xalapa colgaron, apalearon y quemaron al gobernante prófugo, Javier Duarte de Ochoa.

Lo hicieron con una “piñata-rata” que tenía el rostro del cordobés.  Es más, los xalapeños  se adelantaron y le pusieron el ejemplo a los porteños –los habitantes de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río- a quienes pretenden censurar e impedir que Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías, llamados la pareja infernal, sean los personajes que representen al Mal Humor en el Carnaval 2017, mismo que es quemado al inicio de la fiesta.

 El otro espectáculo en Xalapa fue realizado por alcaldes del PRD y PAN, que se apoderaron de las oficinas de Palacio de Gobierno reclamando la entrega de recursos federales y estatales, que les han retenido desde hace meses.

Son más de 2 mil millones de pesos que exigen a la Sefiplan y amenazan con permanecer en Palacio de Gobierno todo el mes de noviembre –para empezar percnotaron en los pasillos del edificio durante el fin de semana-.

  Lo más seguro es que se queden esperando, porque no hay dinero para cubrir esos pendientes, ya que todo se lo robaron. El mismo sábado, los ediles exhibieron fotografías del rancho ecuestre que Duarte de Ochoa compró en Valle de Bravo en más de 300 millones de pesos y que tiene caballos pura sangre, caballerizas de lujo y pasajes de ensueño. En esa finca y en otras cien propiedades  que Duarte compró en México y el extranjero, fueron a parar el dinero de los Ayuntamientos.

 El reclamo de los ediles no es cosa menor, porque los Ayuntamientos están en quiebra financiera y no tienen ni siquiera para el pago de aguinaldos y sueldos de fin de año, aunque buena parte es culpa de los mismos presidentes municipales, quienes toleraron la retención de recursos presupuestales y callaron durante todo el sexenio, a pesar de que  les quitaban dinero para desviarlo a las cuentas bancarias de Duarte y sus cómplices.

 Si bien es inédita la protesta en Palacio de Gobierno, también tardía. Los alcaldes debieron hacerla  desde el 2011, cuando comenzaron a jinetearles los recursos financieros en perjuicio de los ciudadanos que representan. De la parte oficial, la protesta de los munícipes es el retrato de la realidad estatal. Al entrar a las oficinas buscando al gobernante interino –éste se escondió y se ha negado a atenderlos- los alcaldes gritaron: ¡Aquí nadie gobierna…este Gobierno ya no existe!

 Y acertaron. El oaxaqueño Ríos Alvarado es un florero maloliente –ahora sí que es un jarrón chino, que cuesta caro y que solo sirve para adornar- colocado en la silla estatal  para cerrar la puerta y apagar las luces, después, claro, de terminar de destruir evidencias de los ilícitos y robarse lo que pueda de los remanentes en medio del relajo financiero.

POR: Andrés Timoteo

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