En general, se encontrará que quienes hacen su trabajo menos bien, tienen el mayor número de quejas y causan la mayoría de los problemas.
Cuando se deja a una persona encargada momentáneamente, por alguna contingencia de sucesión, ella no tiene derecho de usar su breve autoridad para trastornar la organización.
Causar dificultades o trastornos es, por lo tanto, y por otras razones, un acto de hostilidad contra la organización.
Hay otra máxima relacionada con esto: es mejor dejar un puesto vacío que hacer que lo ocupe un incompetente.
Un puesto en esta organización es un legado. Su deber es mantener la paz, hacer el trabajo y poner la función en marcha. Si alguien no puede concebir su puesto como un legado para esta misión, no tiene cabida aquí.