Fortín.- El Centro de Fortín despertó con un par de cohetes el día de ayer.
Aún con el frío, la lluvia y la neblina a ras de suelo, los manifestantes permanecieron firmes una noche más.
La incertidumbre se acrecentó dentro de cada una de las personas que aguardaron durante las últimas 24 horas.
La noche del martes, los mensajes y llamadas hacia la capital del Estado eran constantes. Nadie quería decir nada, salvo que había buenas noticias. Pasada determinada hora, decían que ya se estaba firmando un acuerdo, pero no especificaban los puntos.
Durante la madrugada del miércoles, al rededor de las 04:00 horas, llegaron las ocho personas de las comunidades de Monte Blanco, Monte Salas, Santa Lucía y la colonia San José, que se aferraron desde el primer día a no recibir más falsas promesas.
Los primeros cohetes sonaron alrededor de las 06:00 horas, alertando, en señal de festejo, de gallardía, de aguante… Pese a que siempre se habló de un grupo reducido de personas con fines políticos, son ciudadanos con bastante valor que le enseñaron a la autoridad que al pueblo se le respeta: sólo son el reflejo de un pueblo cansado de anomalías y la represión por parte del Gobierno en turno.
Algunos mencionaban que ya se estaban acostumbrando, que éste ya se estaba convirtiendo en su casa, en la casa grande, la de un pueblo que calla pero que cuando alza la voz, no se va hasta que consigue lo que quiere.
Se agradecieron todos, gritaron la consigna de “¡el pueblo, unido, jamás será vencido!”.
