EL DILUVIO QUE VIENE
El tema electoral domina la agenda política y mediática del estado con mayor intensidad que en el 2012 debido a que las elecciones locales, primordialmente la de alcaldes, despierta mucho más intereses y efervescencia que las federales pues son la autoridad municipal es la más cercana a los ciudadanos. Lo que se haga en las comunas repercute inmediatamente en la población. Además, tanto el presidente municipal como el síndico y los regidores están al alcance de la mano –por decirlo de alguna forma- pues despachan localmente y no en oficinas ubicadas en Xalapa o el Distrito Federal. Por ende, las pasiones son más intensas.
Al iniciar esta semana, la segunda del mes de mayo, sólo quedan 56 días para que se realice la jornada electoral, una que será histórica por dos componentes principales. Uno es que el Partido Acción Nacional ya no está en la Presidencia de la República y por lo tanto ya tampoco tiene el control de los programas sociales que durante los últimos doce años ocupó como fábricas del voto. Aún con ello, la esperanza de los azules es que su partido ha ido a la alza a nivel estatal desde hace tres años, en cuanto al número de votos y la reconquista de espacios perdidos.
No hay que olvidar que en las elecciones para la renovación de la gubernatura realizadas en el 2010 llegaron a contabilizar una cifra record de 1.3 millones de sufragios pese a que perdieron la contienda. Dos años después, en el 2012, el blanquiazul escaló posiciones ganando algunos de los distritos más importantes del estado como Veracruz, Boca del Río, Córdoba. Hoy en día con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) dividido y sumergido en jaloneos, mientras que la “chiquillada partidista” está minimizada, el PAN se erige como el principal opositor pese a los pleitos intestinos que también ha registrado.
La segunda peculiaridad es que el Revolucionario Institucional (PRI) regresó al poder federal y cuando se suponían que volvería el control sobre todos los esquemas sociales para hacerse de triunfos comiciales, la aparición de los video escándalos que arriesgaron el llamado Pacto por México del copetón Enrique Peña Nieto y lo obligaron a firmar un agregado para atar de manos a los gobernantes estatales y municipales así como a los operadores priistas, les descompuso el panorama. De ahí que el tricolor tendrá una operación difícil para sacar adelante a sus abanderados, los que se animen a comprar el sufragio a cambio de dinero o beneficios públicos tendrán el Big Brother encima y si los sorprenden serán llevados al banquillo de los acusados.
La ventaja que el PRI pudiera tener en algunos municipios y distritos es la postulación de candidatos no ligados a actos de corrupción y a la politiquería tradicional. Empresarios y comunicadores que han sido nominados podrían dar el campanazo frente a los postulados por Acción Nacional aunque muchos observadores aseguran que los operadores que les asignaron así como la mala fama de los actuales alcaldes serán sus puntos negativos y el motivo por el cual no reciban un voto masivo de la ciudadanía. En el PAN, el flanco débil de los futuros aspirantes también es la guerra vigente entre la llamada Muralla Azul, encabezada por la dirigencia estatal y otras corrientes lideradas por el ex alcalde porteño Julen Rementería y el cordobés Juan Bueno Torio contra la familia Yunes, en especial contra el patriarca del clan, Miguel Ángel Yunes Linares.
En este contexto, se espera que en esta misma semana el Comité Ejecutivo Nacional defina la lista de las candidaturas a las diputaciones plurinominales, la cual a nivel local ha sido motivo de pleitos, señalamientos de fraude por parte de los Yunes y de intentonas de imposición de parte de sus contrarios. Hay quienes especulan que el CEN reacomodará los lugares para ubicar a Yunes Linares en los primeros sitios, simplemente recontando los votos y abriendo los paquetes que no fueron escrutados –y que la dirigencia local habría “embarazado” para cerrarle el paso al enemigo común- a nivel local. Otros afirman que Yunes Linares ya está prácticamente fuera del congreso local si mantiene la posición 7 u 8 que a nivel estatal le asignaron. La moneda está en el aire y cualquiera que sea la cara que muestre en el suelo –con la resolución de los líderes nacionales- generará polémica.
También en esta semana se llegan plazos en el calendario electoral. El martes 14 de mayo inicia el periodo para el registro ante el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) de los candidatos a las 212 alcaldías, el cual finaliza el día 23, mientras que el miércoles 15 concluye el plazo iniciado el 6 de mayo para la inscripción de los abanderados a las diputaciones locales de mayoría relativa. Los candidatos a una curul plurinominal tendrán que ser registrados del 19 al 28 de mayo. El miércoles 22 de mayo inician la campaña formal para los candidatos a las diputaciones de mayoría relativa, el día 30 los nominados a las presidencias municipales y el 4 de junio los abanderados a las diputaciones plurinominales.
Lo anterior significa que ya los tiempos están madurando y la pestilencia de quienes recurren a la grilla de baja estola sigue en aumento. Si la guerra de lodo era intensa antes de comenzar campañas, en los días venideros se convertirá en un diluvio que anegará de suciedad honras, famas públicas, carreras profesionales, hogares y currículos. Por eso resulta ingenua la carta pastoral que firmaron el fin de semana los obispos de las diócesis asentadas en Veracruz, y que desde el pasado fin de semana se está difundiendo, y en la que llaman a los candidatos y partidos políticos a “evitar el juego sucio de los ataques y las descalificaciones”, a no comprar el voto ni a robarse los comicios. Y más aún, piden lo imposible: que de los órganos electorales haya transparencia y imparcialidad. ¡¡Parece que los padrecitos no conocen a los consejeros del IEV!!
Ahora sí que los obispos de Xalapa, Papantla, Coatzacoalcos, San Andrés Tuxtla, Veracruz, Córdoba, Orizaba y Tuxpan que firmaron la misiva pecan de tibieza, pues el uso del dinero público tanto para el financiamiento de las campañas como para la compra del sufragio, las amenazas contra los votantes y la guerra encarnizada entre los contendientes es tema viejo para todos. Los religiosos no habían dicho una sola palabra de ello y ahora hasta una oración emiten para que sea recitada en todas las parroquias pidiendo al cielo que “haya respeto entre los contendientes y elecciones limpias”. Vaya, lo que necesitan los candidatos, los líderes partidistas y sus operadores son exorcismos, no oraciones colectivas. ¿No creen?
LA TREMENDA CORTE
El sábado pasado inició la vigencia de los llamados juicios orales en los distritos judiciales de Córdoba y Xalapa, según lo anunciado, de tal suerte que todos verán en vivo y a todo color lo que antes sólo se podían apreciar en las series televisivas como La ley y el orden, The practice, Damages, Shark, Boston legal, La juez Amy y The good wife, y se recomienda una buena dotación de palomitas de maíz para sentarse a ver los agarrones entre acusados y víctimas, las escaramuzas de los abogados y fiscales así como las sesudas sentencias de los jueces.
Sin embargo, dado el contexto de Veracruz, el estreno de los juicios orales suena más a broma que a realidad ya que todos saben “de qué pie cojea” la justicia aldeana y ante eso, más que esperar que por fin La Dama Ciega – como se le representa desde la antigüedad a la justicia por eso de que no deber ver para impartir premios o castigos- siente sus reales en la entidad, lo que se prevé es que todo acabe como en “La Tremenda Corte” de Tres Patines, Nananina y Rudensindo Caldeiro y Escobilla. Pese a los anuncios espectaculares de que se acabará la impunidad y la dilación en la impartición de justicia, esto no se cumplirá porque se implementa el nuevo esquema sin limpiar ni al Tribunal Superior de Justicia ni a la procuraduría.
De acuerdo al llamado nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Adversarial, los juicios orales tienen dos pilares fundamentales: la presencia de jueces en las audiencias – a diferencia del anterior esquema donde los que atendían declaraciones y casi dictaban sentencias eran los secretarios de juzgados porque el titular sólo firmaba las actas finales- y la interactuación de los ministerios públicos con la policía investigadora para emitir las acusaciones frente a un juzgador y presentar las pruebas respectivas. Y ahí es donde la marrana torcerá el rabo pues los jueces y agentes ministeriales en Veracruz son de los más corruptos del país, modelos del desaseo y de la improbidad. Cualquier ciudadano que haya tenido que acudir ante un ministerio público o un juzgado puede atestiguar sobre lo anterior.
Y si ni la casa judicial ni la fiscalía se limpiaron, entonces de poco servirá hacer públicas las audiencias si los actores que intervienen no son confiables. Lo mismo en el caso de la policía judicial que deberá trabajar mancomunadamente con los agentes del ministerio público. ¿Alguien en su sano juicio confía en los agentes ministeriales o en los policías del estado? El fracaso de estos juicios orales está garantizado en la medida de que los juzgadores, fiscales y policías investigadores sean los mismos que están al mando del presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJE), Alberto Sosa Hernández y del procurador Amadeo Flores Espinosa. ¿Quién está dispuesto a ponerse en manos de estos dos finos señores para que les alleguen justicia? Es como entregar el alma al chamuco.
Los jurisconsultos coinciden que el éxito de estos esquemas sólo es posible si están fortalecidos los principios de honradez, probidad, expedites y eficiencia entre los funcionarios que intervienen. Si los jueces, fiscales, abogados defensores y policías investigadores no son dignos de confianza ni garantía de honradez – como en Veracruz- entonces todo se irá al retrete. Los expertos han clamado por nombrar a juzgadores, acusadores, defensores – en el caso de los que son públicos- y agentes ministeriales que cumplan los estándares de confianza y probidad, que sean profesionales del derecho y que estén comprometidos con la ciudadanía. Desafortunadamente para los veracruzanos, ni yendo a bailar al santuario de Chalma lograrían encontrar más de cinco funcionarios con estas características.