Córdoba.- Un hombre, fue asesinado a puñaladas y atacado a golpes con una roca y con un garrote, a manos de sujetos desconocidos; su cuerpo fue localizado la mañana de ayer sábado, entre la maleza de una finca, ubicada cerca de los campos deportivos del ejido Agustín Millán.
Se trata de un hombre que se encuentra en calidad de desconocido, de edad aparente entre 25 y 30 años, el cual se encontraba ya en estado de descomposición, pues tenía entre 3 y 4 días de muerto.
El hoy occiso tenía puesto un short negro con vivos naranja, una camiseta blanca y una playera del equipo América. Según los primeros indicios, se presume que fue apuñalado, azotado y golpeado con una piedra, así como apaleado.
De acuerdo a la estimación de un médico legista que acudió al sitio del hallazgo, el hombre era de tez morena clara, estatura aproximada de 1.75 metros, y complexión regular, calculándose que al momento de ser hallado tenía entre 3 y 4 días de muerto.
Informes consultados señalan que alrededor de las 10:30 horas de este sábado, el mecánico de motocicletas de nombre Luis Jiménez Hernández, de 55 años, pasó por una finca que se localiza cerca de los campos deportivos del ejido Agustín Millán.
El mecánico percibió un olor a carne descompuesta, por lo que decidió asomarse, descubriendo que junto a una roca había huellas de sangre.
Al continuar por una ladera, encontró el cuerpo de un hombre, de entre 40 y 45 años, el cual llevaba puesto un short negro con vivos naranjas, una camiseta blanca, con una playera del equipo América.
Fue hasta cerca de las 11:00 de la mañana, cuando arribaron elementos de la Policía Estatal del “Agrupamiento Canino”, llevando 2 binomios o perros entrenados, utilizados en los operativos, para la detección de drogas, armas y personas desaparecidas.
Los policías preventivos de Seguridad Pública, acordonaron el área, a fin de preservar la escena del hallazgo, mientras arribaban las autoridades ministeriales.
Momentos después, se presentaron al sitio los agentes del Ministerio Público José Ulises Limón Sánchez y María Isabel Hernández Cruz, quienes tomaron conocimiento de los hechos y recabaron informes sobre las circunstancias en que ocurrió el hallazgo.
En inspecciones oculares que hicieron los peritos criminalistas de los Servicios Periciales, fueron localizadas huellas de sangre, en forma de goteo, junto a una roca, además de un palo de aproximadamente un metro de largo y otra piedra pequeña.
Se infiere que con esos objetos, los autores del crimen le pegaron a la víctima, y luego la arrastraron, para arrojarla a una ladera. El cuerpo quedó boca abajo, sobre la maleza y enmedio de unos palos; tenía la playera recogida hacia arriba, de forma que le cubría la cabeza.
La víctima no portaba documentos que pudieran contribuir a su identificación, pero en los brazos tenía tatuajes en forma de cadenas, lo que podría ayudar a su reconocimiento.
Luego de más de una hora de diligencias, las autoridades ordenaron el levantamiento del cuerpo, para ser llevado al anfiteatro de una funeraria, donde quedó depositado, en calidad de desconocido.
De la redacción
EL BUEN TONO
