La batalla por eliminar del escenario carretero nacional a los tractocamiones llamados ‘doble remolque’ está que arde. El diputado del PAN, Jorge López Martín, me increpó a través de las redes sociales anteayer por mi postura a favor de estos vehículos, y de manera perversa y mañosa quiso hacer ver a sus seguidores dos artículos que he publicado como si fuesen contradictorios, cuando en realidad en uno solicito que haya transparencia y constancia en las estadísticas para tener claridad sobre los accidentes carreteros; y en otro manifiesto que la solución no es prohibir estos vehículos, como muchos quieren.
Pero esta es la realidad del País, uno donde falta poco para que el día que no haya goles en un partido de fútbol, un diputado presente una iniciativa para prohibir a los porteros de los equipos. Y asunto arreglado.
Porque la gente enfureció con el tema. Se dice que quienes estamos en contra de la prohibición fuimos pagados por alguien; que opinamos así porque no se nos ha muerto un hijo en un accidente con estos dobles remolques, y estupideces similares, como si las posturas lógicas únicamente pudieran emerger legítimamente de experiencias emocionales traumáticas, y no de verdades estadísticas.
Porque si a números vamos, es avasalladora la incidencia de accidentes carreteros en los que están involucrados los autos. El reporte más reciente que encontré en internet da cuenta de ello. Se llama “Informe Sobre la Situación de Seguridad Vial México 2015”, y tiene datos de 2014. Es un reporte que hace énfasis en el uso del casco en la motocicleta y en los sistemas de respuesta ante emergencias. Ese está ‘chafa’. Pero hay una versión anterior, de 2013. En su página 32 presenta un cuadro histórico de vehículos siniestrados entre 2006 y 2011. Ahí puede verse con claridad que en 2011 hubo 473 mil 374 accidentes donde el móvil fue un automóvil; mientras que el vehículo tipo “tractor con o sin remolque” estuvo involucrado únicamente en siete mil 993 accidentes. Infinitamente menor. Estos datos no se actualizaron para la versión 2015. El viejo reporte señala que en 2011 hubo cuatro mil 406 muertos en carreteras federales, sin especificar el tipo de vehículo. Esta cifra representó una disminución de 12 por ciento en el periodo de análisis.
En casi de 60 a 1 la relación de incidencia en la siniestralidad donde lo que está involucrado es un automóvil versus un tractocamión, de acuerdo a esas cifras viejas.
Quizá el diputado Jorge López Martín, mirando cifras, presente próximamente una iniciativa para prohibir los autos en México. De esta manera se desharía de la inmensa mayoría de las muertes que ocurren por accidentes donde este tipo de vehículos están involucrados. Esperemos.
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