Orizaba.- Los feminicidios registrados recientemente, son un tema que debe ya de ocupar a las autoridades estatales para activar la Alerta de Género, misma que sigue sin aplicarse ante la resistencia o apatía para llevarlo a cabo, afirmó la directora del colectivo feminista Cihuatlahtolli, María de la Cruz Jaimes García.
En el Estado de Veracruz, destacó, “las mujeres no han sido prioridad y mucho menos les interesa cuando ya prácticamente está con un pie hacia la puerta el Gobierno; electo vea más con perspectiva de género al Estado y que las mujeres tengamos más protección”.
Subrayó que es un foco rojo que en menos de 24 horas se haya registrado un total de cuatro feminicidios, lo cual da pauta a las autoridades de actuar de manera inmediata, porque argumentan que para poder ejercerse esta acción debe quedar justificada la violencia, cuando está más que hecha y simplemente no ocurre nada.
Insistió en que es muy preocupante, “creo que quienes estamos exigiendo al Gobierno, nos quedamos sin palabras porque llevamos tiempo exigiéndolo y el Gobierno decía que no era justificada, yo me acuerdo que en algún momento declaré que estaba más que justificada la situación de violencia, pero se está rebasando la violencia que se vive en la sociedad y no sé se sabe qué espera el Gobierno que suceda para que se decrete la Alerta de Género”.
“La verdad es que cuatro feminicidios en 24 horas en el Estado es un indicador de que la violencia en contra de las mujeres es extrema y que estamos en una indefensión social, estamos en una situación tan grave que nos da miedo salir a la calle, ya no sabemos ahora de quién cuidarnos”.
Por cuanto hace al tema de la impartición de justicia, destacó de manera tajante que definitivamente no hay una impartición de justicia real, ya que en los casos de las denuncias de violencia en contra de las mujeres, ellas deben de pasar por un ruta crítica de abusos, de discriminación, de humillación, porque muchas de las veces de por sí por ser mujeres nos discriminan, también las victimizan al prácticamente responsabilizarlas del hecho violento del que fueron objeto, bajo argumentos de que lo provocaron por su forma de vestir o simplemente por ser mujeres.
