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Asesoría y seguimiento

Superiberia

Úrsula se movía inquieta. Del diagnóstico médico dependía su vida a partir de ahora. Tendría que implementar una serie de acciones derivadas del diagnóstico para hacer efectivo el cuidado de su salud. Ver con claridad las prioridades y permitir un seguimiento con la continua asesoría de los doctores.

“Si Dios me da otra oportunidad, cambiaré mis actitudes. Escucharé a mis asesores, que son una ayuda para el trabajo y un bálsamo para el estrés. Los doctores pasarán a un plano de mayor importancia. No soy una mujer de hierro”. Su mirada húmeda y vivaz, recorría la sala de estar y observaba a quienes, como ella, aguardaban una esperanza.

Las asesorías son sugerencias con base en cifras, tendencias, experiencias, diagnósticos, distancia del problema. Una mente que observa desde lejos, concibe otra realidad. Puede ser una mente más fría, menos involucrada en las circunstancias del momento, más neutral para tomar decisiones.

Úrsula recordó que los doctores quisieron hacer un seguimiento de su caso. Ella se opuso porque dijo que no era un conejillo de indias. “¡Dios mío! –pensó aterrada– ¡Cuánta soberbia albergaba mi corazón!”. En este momento estaría dispuesta a hacer todo lo que le dijeran, estaría dispuesta a colaborar.

“La asesoría y el seguimiento eran para ayudarme. Sólo para eso. Y yo los ignoré”. Ella recordaba que en unos cursos de alto nivel le dijeron que el mejor asesor era aquel que sabía escuchar con mucha atención. Aquel que de sus comentarios era capaz de extraer los principales insumos para orientar. Y ella, muy autosuficiente, se había reído.

“¡Mi soberbia no tenía límites!”, se lamentó. “No fui capaz de comprender que la mayoría de las veces en nosotros se encuentran las respuestas. Sólo necesitamos que nos hagan las preguntas adecuadas para que nos pongamos a pensar, analizar situaciones y encontrar alternativas”.

Nuestra atribulada y exitosa empresaria, ahora reconoce el valor de la humildad. Reconoce que su actitud fue de soberbia, de autosuficiencia, y para que sea efectivo un servicio de asesoría, se requiere de la humildad del que asesora y del asesorado, y que ambos conozcan el terreno en que se mueven y ser complementarios.

Accionar en equipo fortalece y complementa el trabajo, multiplicando los resultados. El mexicano debe aprender a trabajar en equipo, responsabilizándose del área que le corresponde, pero compartiendo éxitos, fracasos, dudas e iniciativas con los demás. No se trata de establecer vínculos de autoridad o superioridad, sino de fortalecer una relación de colaboración. Úrsula necesitaba escuchar más a sus asesores, dialogar con ellos. Y a los doctores concederles mayor autoridad sobre su salud.

En las escuelas el principal asesor es el director, pero a su vez él puede ser asesorado por su equipo cercano de colaboradores. Para el supervisor escolar, el campo de la asesoría es enorme y variado, e implica, a decir de Patricia Frola, “mucho más que buena voluntad, es necesario apropiarse de elementos formativos que contribuyan a desarrollar capacidades de gestión que hagan posible desempeñar dicha tarea.” (El papel del supervisor escolar, p. 31).

La ruta de mejora de las escuelas es el reto mayor, según la tendencia central de las últimas reformas desde la década pasada, en las cuales los supervisores escolares pasaron a ser piezas clave para comunicar y llevar a los maestros a los fundamentos administrativos y pedagógicos, “para operar los nuevos métodos de enseñanza y utilizar los materiales educativos renovados como parte de los cambios” (Frola, p. 13). 

Muchos de ellos se quejan de que sólo se les exige y no se les da una capacitación adecuada. Y en buena medida tienen razón. Convertirse en asiduos lectores, autodidactas y capaces de transferir cuestiones teóricas a situaciones prácticas, es una necesidad de la función. Tomar cursos que oferta la SEP y ampliar por cuenta propia los conocimientos que en ellos se impartan, es otra posibilidad.

La asesoría son sugerencias objetivas derivadas del conocimiento, acompañamiento o solicitud de la parte interesada. El seguimiento es responsabilidad de los distintos niveles de autoridad y debe ser cuidadosamente planeado, pues puede dar origen a una intervención, válida sólo si las condiciones escolares lo requieren.

gilnieto2012@gmail.com

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