En términos de eficiencia gubernamental y legislativa, lo que va de este sexenio, se ha logrado más de lo que podría haberse pronosticado en el entendido del conflicto post electoral que le siguió al 1 de julio. Las fuerzas políticas del país, respondieron al llamado de diálogo que les hizo el gobierno de Enrique Peña Nieto desde que éste operaba en la mesa de la transición. Y ahí estuvieron, una reforma tras otra, iniciativas que llegaron todas al Congreso y que se discutieron y aprobaron con apenas unos pequeños sustos que hicieron pensar se detendrían, que se quedarían en aquella congeladora en la que se había convertido el Poder Legislativo.
La laboral, la educativa y la de telecomunicaciones, se aprobaron, que aunque no en 15 minutos, sí en tiempo y forma. Hoy se estará presentando la financiera (según me adelantó Luis Videgaray el lunes en entrevista y como se confirmó ayer por la tarde) y junto a la energética, que se conocerá a muy corto plazo, se convierten en las próximas a tener luz verde, se calcula que antes de que acabe el año. Esto no habría sido posible sin la firma de aquel famoso documento que se anunció el 2 de diciembre, el Pacto por México. En él, las principales tres fuerzas políticas del país y el gobierno federal, se comprometían por sobre cualquier interés partidario, al diálogo como única vía para el acuerdo.
Así se hizo con la tres reformas ya aprobadas, todos los partidos tomaron posturas y discutieron cada una de ellas, de ahí las aprobaciones en tiempo récord, como no sucedió nunca en los doce años de gobierno panista. Parecía un cuento de hadas, decíamos aquí que era la luna de miel del recién iniciado sexenio.
Y todo parecía terminar con el escándalo de Veracruz. La postura del PAN de no presentarse a ningún acto del Pacto por México, apenas unas horas antes de que se presentara la reforma financiera; la oportuna reacción del gobierno federal de posponer cualquier actividad relacionada para, sí, darle prioridad al diálogo, el motor del Pacto.
Dos semanas después, todos los involucrados anunciaron el resultado del acuerdo, un addendum donde se detallara el blindaje al que se someterán todos los programas sociales, con el fin de no hacer de ellos una herramienta que se use con fines electorales —la causa del conato de ruptura—. Herramienta que podría ser usada por todos los partidos, porque así ha sido en el pasado, que no sólo del PRI han vivido algunos funcionarios.
Perteneciendo a cualquier tribu partidaria o a ninguna, lo cierto es que viendo el panorama político fríamente, atravesamos por un momento en donde ese diálogo tan improbable se ha convertido en la prioridad de todas las fuerzas políticas del país. ¿Será que la nuestra, comienza a ser una democracia menos mezquina? Eso no lo podemos asegurar, pasarán los años antes de que podamos verlo así… pero sí podemos ver que, al menos, se está procurando que el escenario a corto plazo pinte más para el acuerdo que para la confrontación, y un país que urge por tanto cambio y reforma para asegurarse un futuro menos estático, es lo menos que se puede esperar, pues no había sido así en los últimos años, #addendumnecesario, se diría en las redes.
Addendum. Vaya tragedia la ocurrida ayer en Ecatepec, y vaya pendiente el que asoma a raíz de él. No sólo porque se trató de un vehículo tan pesado circulando con carga tan peligrosa, sino porque cualquiera que haya transitado alguna vez por la autopista México-Pachuca, y justo en el tramo donde ocurrió la explosión, habrá visto que los trabajos de ampliación de carriles dejaron a éstos a muy pequeña distancia de las viviendas, los muros de contención están prácticamente pegados a los muros de las casas. Una tragedia que pudo evitarse con una mejor planeación urbana y de infraestructura… ¿o la culpa se la dejarán completa al chofer de Termogas?