Llegar a la edición mil 788 se dice fácil, pero en el ejercicio periodístico, es difícil. Muchos medios se “ahogan” en el camino por el alto costo de los insumos, las bajas ventas y la falta de credibilidad.
Hay tantas anécdotas, de toda índole, que se necesitarían ediciones especiales para darlas a conocer, desde la niña que sale de las computadoras apagadas, hasta los suicidas del Métlac.
Claro que se han “pisado callos” y hemos formado conciencia de cómo se deben hacer las cosas, dando nuestra opinión personal, sin miedo a represalias. Eso lo demuestra el retiro del saludo, de aquellos que se decían amigos, y que cuando decíamos algo por una causa justa, hacían mutis cuando nos veían. No buscamos adulación, queremos funcionarios honestos… porque nuestro eslogan lo señala ¡Basta de simulaciones!
Este día, EL BUEN TONO, de un soplido apaga sus cinco velitas y seguirá soplando como viento a favor del lector. En estos cinco años, EL BUEN TONO ha sido la esperanza de justicia para aquellos que la buscan y se encuentran con un Juez corrupto. Son mil 825 días, luchando en la batalla por la conquista del lector.
EL BUEN TONO, se edita como un medio de información atípico, porque sólo la información le marca el rumbo. Como se puede ver en nuestras noticias, que no se coincide con las de otros medios. Los memes y “pensamientos”, son parte de la información diaria, con la que el lector se identifica.
Desde aquel 5 de octubre de 2011, cuando salió a la luz el primer número de EL BUEN TONO, fue acogido por un sector de lectores diferentes, por la crudeza de su información. Al mes, EL BUEN TONO sufrió un atentado -las instalaciones fueron quemadas-, muchos trabajadores optaron por “tirar la toalla”, mientras que los soñadores e interesados en el cambio siguieron. El personal se conforma por luchadores sociales, que han encontrado una palestra para dar a conocer su sentir.
No es necesario sacar el acuche del armario para este Quinto Aniversario, porque nuestro compromiso es con la sociedad y nuestros lectores, lo único que haremos es levantar una copa de vino y decir ¡Vamos por más!