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31 AÑOS

Superiberia

Hoy lunes se conmemoran 31 años del sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, que en 1985 destruyó parte de la Ciudad de México. Según los expertos, la magnitud del terremoto y los daños provocados a la infraestructura urbana, fueron similares a los que habría ocasionado una bomba atómica de 20 kilotones. Y como ocurre en todas las tragedias de amplia magnitud, a más de tres décadas sigue como misterio el número exacto de las víctimas mortales. El Gobierno Federal, siempre falseando cifras, reportó 12 mil 843 personas fallecidas, según una cifra dada en el 2015 –treinta años después- por el Registro Civil del Distrito Federal.

Sin embargo, el Sistema Sismológico Nacional (SSN) informó, desde el mismo año del siniestro, que el número de fallecimientos era de 40 mil personas. Familias enteras quedaron sepultadas y no hubo parientes que reclamaran sus cuerpos o los reportaran como desaparecidos. Por ello, cientos de cadáveres  fueron sepultados en fosas comunes en los cementerios de San Lorenzo Tezonco, San Nicolás Tolentino y Dolores. Son tumbas anónimas de víctimas que nadie reclamó.

¿Las lecciones del terremoto? Dos valiosas: la movilización ciudadana que asumió las labores de auxilio y rescate de las víctimas en la capital del país, ante el pasmo del Gobierno Federal que encabezaba el priista Miguel de la Madrid, y el surgimiento de la cultura de la Protección Civil, con todos los esquemas, leyes y alertas preventivas que vinieron posteriormente, para anticipar acciones frente a fenómenos naturales, no sólo sismos sino huracanes, inundaciones, sequías, heladas o incendios.

¿Lo negativo? Además de la tragedia por las vidas perdidas y la ciudad destruida, también salió a la luz lo de siempre: la corrupción de las autoridades que durante décadas otorgaron  permisos para la construcción de edificios mal cimentados, la intención de los funcionarios para minimizar la tragedia y con ello evadir su responsabilidad, y la voracidad e irresponsabilidad  de patrones que obligaban a trabajadores a laborar en condiciones infrahumanas y que el día del sismo quedaron atrapados en las fábricas, muchas de ellas clandestinas.

Sin duda el terremoto de 1985 cambió la vida nacional. Hay un México antes y después del ese sismo. La solidaridad colectiva dio ejemplo mundial, a la par que la mezquindad de los gobernantes quedó exhibida. Adicionalmente –y como todo tiene que ver con política partidista- el repudio a las autoridades en funciones de filiación priista, hizo que tres años después el tricolor perdiera las elecciones presidenciales, aunque el innombrable de los innombrables, Carlos Salinas, le robó la victoria a Cuauhtémoc Cárdenas. En cierta forma, el temblor del 85 también marcó el inicio del declive priista.

También ese terremoto recordó una vez más a la humanidad, lo frágil que es frente a la naturaleza.  Las obras magnas, orgullo de la tecnología se vuelve polvos cuando el planeta se sacude. El poeta José Emilio Pacheco retrató tal endeblez del hombre frente a un  terremoto en su poema “Las ruinas de México”, dedicado precisamente a plasmar esa tragedia.

“Así de pronto lo más firme se quiebra /se tornan movedizos concreto y hierro, /el asfalto se rasga, y se desploman /la vida y la ciudad. Triunfa el planeta contra el designio de sus invasores. /La casa que era defensa contra la noche y el frío /la violencia de la intemperie, /el desamor, el hambre y la sed, /se reduce a cadalso y tumba. /Quien sobrevive queda prisionero /en la arena o la maya de la honda asfixia”.

MORENA ENNEGRECIDA

En temas locales y que tienen que ver con la política partidista, es muy probable que para los comicios del 2017 el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se alce con victorias en municipios de alta importancia política y económica. Es un hecho que se disputará palmo a palmo la geografía municipal con la alianza que formarán los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), desplazando al PRI hasta la tercera posición. Incluso hay, desde ahora,  triunfos ‘cantados’ para el partido de Andrés Manuel López Obrador como en Xalapa, la capital del Estado, Orizaba, Coatzacoalcos, Córdoba, Minatitlán y Cosoleacaque.

En estos lugares, la ciudadanía está harta del tricolor pero también del panismo y perredismo, que han acaparado en los últimos años los cargos de elección popular sin haber hecho nada bueno para las mayorías. Para los que son detractores del excandidato a la gubernatura, Cuitláhuac García, éste tiene de dónde escoger. Lo mencionan para ser candidato a la alcaldía xalapeña, misma que ganaría sin mayor problema,  pero se ha dicho que el catedrático universitario quiere repetir como abanderado al Gobierno del Estado en el 2018, con la premisa de que se logrará imponer ahora que el tricolor está en la lona y no es previsible que se recupere en dos años.

En tanto, la diputada federal por Coatzacoalcos, Rocío Nanhle, quien es zacatecana, no irá a la contienda por la Gubernatura, sino que buscará convertirse en senadora. Y al igual que la competición por la Gubernatura, la contienda por las senadurías se centrará entre la alianza PAN-PRD y Morena, pues el tricolor está en la lona y con el desprestigio que le heredará del gobierno de Javier Duarte  y el  de Enrique Peña Nieto. Lo malo para Morena, es la sombra que se les pegó en las elecciones pasadas. Pesa sobre los morenos la  sospecha de que fueron financiados por Palacio de Gobierno y que pactaron con los corruptos de la fidelidad.

Muchos perciben a Cuitláhuac García como un empleado de Palacio de Gobierno de Xalapa y al partido entero, como un aliado del innombrable. Además, en nada abona el  despropósito anunciado por su dirigente estatal, Manuel Huerta, de que van a abanderar a expriistas para la contienda municipal –para variar los mencionados hasta el momento son fidelistas de cepa-. Entonces, la Morena está oscurecida, infiltrada por la fidelidad o como dicen los supersticiosos del pueblo: “ya se les subió el muerto”. El cadáver es tan pesado y apestoso que será una de las banderas de los panistas para la campaña electoral para atajar el avance de la Morena ennegrecida.

Por cierto, en el caso de Córdoba, es casi inminente un voto de castigo para panistas y priistas, porque ya no se distinguen unos de otros. El PRI pretende postular al diputado local electo, Juan Manuel del Castillo, y al diputado federal, Marco Antonio Aguilar Yunes, compadre del Gobernante saliente y por ende, ligado a la desacreditada administración estatal. Además, como legislador Federal no hay hasta el momento un sólo beneficio que haya gestionado por los cordobeses.

A su vez, el PAN que controlan los exdiputados Federales Juan Bueno Torio –aunque haya renunciado a su militancia- y Víctor Serralde –o como se llame en realidad- quiere nominar a un priista, el exsíndico o repetir con  la candidata perdedora, la tal Sahagún, una candidata de paja para allanarle el camino al Revolucionario Institucional. Entonces, tan malos son los pintos como los colorados, y los cordobeses sin dudarlo se volcarían a favor del abanderado de Morena.

Lo mismo sucederá en Orizaba, pues así como le dieron el voto masivo al candidato ganador en los comicios pasados, Rogelio Rodríguez, quien literalmente era un desconocido, lo harán con cualquiera que postule el partido de López Obrador. En La Pluviosilla quizás le pudiera dar batalla a Morena la candidatura de Alejandro Zairick, actual diputado local, por la alianza PAN-PRD, pero el tricolor de plano está en la lona. Los orizabeños están dispuestos a terminar con la dinastía de tiranuelos que inauguró Juan Manuel Diez Francos.

No votarían por el candidato que logre imponer Diez Francos, ni mucho menos por el inefable diputado federal, Fidel Kuri Grajales o su hijo, Fidel Kuri Mustieles, que son los prospectos del segundo grupúsculo –después de Diez Francos- que tiene secuestrada la actividad priista en la ciudad.

CHELA-DUCTO

Tras un fin de semana de resaca patria, se comparte una noticia que sacude los ánimos de los bohemios europeos. En la hermosa ciudad de Brujas, en Bélgica, hay un proyecto urbano muy peculiar: fue colocada  una tubería en el subsuelo para transportar cerveza a los bares del Centro Histórico. Es decir, ya no sólo hay ductos para el agua potable, gas o petróleo, sino ahora por vez primera en la historia, la bebida elixir será suministrada por un ducto con el fin de mantener bien surtidas las cantinas.

La iniciativa fue de los propietarios del bar Halve Maan, pero ha sido respaldada por los dueños de otros negocios y por la alcaldía del lugar. El objetivo es evitar los carros cisterna y otros vehículos pesados que todos los días circulan por el centro medieval de la ciudad para trasportar el líquido. En Bélgica, como en la mayoría de los países europeos, la punta en el consumo de cerveza es por el modo de “presión”, es decir, no se vende en botellas, sino en tarros que son llenados de un barril.

La construcción del “chela-ducto”  inició desde el mes de julio y la semana pasada ya comenzó a operar, transportando bajo las calles de Brujas hasta 4 mil litros de cerveza por hora, a lo largo de 3 kilómetros.

La tubería conecta a una fábrica instalada en las afueras de la ciudad hasta el casco histórico de  la ciudad.  El dato adicional es que se lanzó  una convocatoria para que los clientes ayudaran a costear la instalación de la tubería, y ésta tuvo una respuesta favorable. Los asiduos bebedores de la cerveza belga –que es clásica en Europa- financiaron parte del proyecto y a cambio recibirán un tarro de cerveza gratuito todos los días y a perpetuidad.

La mala noticia es que en México no sería viable dicho proyecto, pues acá los tubos de gasolina son perforados clandestinamente para robar el combustible.  Imagínense que haya un ducto que transporte cerveza,  producto más comercializable que el hidrocarburo, miles se volcarían con palas y picos para perforar la tubería en lugar de ir a la tienda de la esquina o a las cantinas por un

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