Los cuatro habitantes de esta colonia fortinense, quienes lamentablemente viven en condiciones de pobreza, festejan con el ladrón que les roba todos los días, bailan con quien los está destinando a no salir de la miseria.
Este es el Fortín donde la gente pierde hasta la dignidad por una calle pavimentada. Lejos están de exigirle a un tipo que los hunde a diario en su prolongada falta de una vida digna.
Se prestan a hacerle una fiesta estúpida al tipo que, a escasas cuadras de su casa, en sólo tres años en el poder adoptó la forma de vida de un magnate viajero.
Armel@elalcahuetedeTorrecillayCarrillo ha salido a Europa más de quince veces; a Sudamérica, tal vez 5; a Estados Unidos, una infinidad; y fuera de Fortín, cientos más. Y todo ello es pagado con los recursos de estos bailadores.
Compró también una camioneta más cara que la calle festejada, misma que utiliza cada semana para llevar a sus hijos a la Universidad más cara del País, con el chofer que también cobra su quincena en el Ayuntamiento.
¡Indignante!
¿Falta de dignidad? ¿Falta de compromiso con sus hijos? Me pregunto ¿Qué no se hastiaron de Carrillo, Pampo o Torrecillas?
Tres minutos después del baile que alegremente ejercieron, regresaron a la miseria que —al igual que la mayoría de los fortinenses— poseen y, seguramente, varios de los buenos bailarines que en la foto salen ya se taparán los ojos cuando se enteren, porque cínicamente el Alcalde golpeador —ahora bailador— irá al cajón del Municipio y, con el recurso de los fortinenses, pagará una cena de 3 mil pesos, planeará su próximo viaje a Perú —porque a pesar de haber ido hace dos meses se le olvidó conocer Machu Picchu, por la borrachera que traía— o irá a pasear a Suiza de fin de Semana, sin antes dejar de golpear a su amante en turno.
