BERLÍN.- Batian Schweinsteiger lloró en el homenaje que se le rindió antes de su partido de despedida de la selección alemana, un amistoso contra Finlandia.
Los discursos, las imágenes rememorando su carrera y, las palabras del presidente de la Federación Alemana de Fútbol, que lo recordaba como “más que un gran jugador”, fueron demasiado para uno de los máximos ídolos de las últimas décadas del fútbol alemán.
“No pensé que fuera a ser así”, dijo tras secarse las lágrimas que le habían provocado las manifestaciones del público del Borussia Park de Mönchengladbach que le gritaba “Dios del fútbol”.
“Siento mucho agradecimiento de poder vivir esto. Nos volveremos a ver de otro modo. Le deseo a la Federación lo mejor”, agregó el alemán.
En las tribunas había pancartas con mensajes de despedida para Schweinsteiger. Una de ellas decía. “Gracias, Schweini. Contagiaste a todo el equipo de tu espíritu de lucha”.
En el estadio, además de la familia, estaban viejos compañeros de camino como Peter Hermann, su entrenador en las inferiores del Bayern, o Jupp Heynckes, con quien ganó la Liga de Campeones en 2013.
Y es que desde que era un adolescente se mezclaba con los jugadores veteranos de la selección, hasta el momento en que se convirtió en el líder.