Córdoba.- De los nueve glaciares que conformaban el Pico de Orizaba en el año de 1960, sólo dos sobreviven.
Asociaciones Civiles resguardan las áreas de conservación hasta con perros de caza para evitar la tala clandestina y la pérdida de los bosques bajos, a fin de recuperar el ciclo biológico del agua y con ello mitigar los efectos del deshielo y la deforestación.
El presidente de la Asociación Civil Pro Derechos Constitucionales, Enedino González Nava, lamentó que tanto la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se hayan convertido en rehenes de las mafias, al otorgar permisos para el uso de los arboles a las grandes empresas, aún cuando carecen de los estudios de impacto del uso de suelo.
Insistió que se trata de un hecho que ha favorecido a la tala inmoderada, donde en zonas como Miguel Aguilar y la parte alta del volcán, se está deforestando gravemente, al grado de lograr la extinción de los glaciares, actualmente sólo quedan dos: Pecho Paloma y el Atoyac.
Por esta causa, González Nava, afirmó que lo que antes era una gran reserva natural, ahora se ha convertido en un “foco rojo”, implementado por la deforestación y las quemas no accidentales que se hacen para aprovechar los bosques.
Además de que la cacería furtiva y la presencia de fauna introducida, ha generado que la producción de los bosques no se logre, pues los animales no nativos se comen los árboles en crecimiento.
EL FRACKING SE TRAGO EL RÍO ATOYAC
Por su parte , el representante del grupo Ecología y Cultura para el Desarrollo Social, Aníbal Reyes, afirmó que, aunque tras la aparición del primer socavón del Río Atoyac, personal de la Comisión Nacional de Agua (Conagua) determinó el hundimiento por causa naturales, el afluente tiene el 50 por ciento del aforo que tenía hace 10 años.
Según dijo, se trata de una situación absurda el hecho de que quieran informar que el hundimiento derivó de un fenómeno natural, puesto que las manifestaciones de impacto ambiental están a consideración de los gobiernos en turno y en esta zona, desde hace varios años se ha presentado el problema del fracking.
Explicó que en zonas como Carrillo Puerto, ya ni siquiera llega el agua del río: “el hoyo no se está tragando el río, es mentira, lo que pasa en la zona es que tenemos la alcoholera que está consumiendo millones de litros de agua, por eso hicieron el efecto popote con pozos (…) el río esta considerado como reserva del Estado de Veracruz, pero ya está seco”, afirmó. Inclusive, aseveró que en sitios como Santa Ana, Morelos, están causando explosiones muy fuertes y están desviando el curso del río Atoyac, donde, aunque los socavones se han cubierto con grava y arena, el problema persiste e inclusive se sigue agrandando al disminuir la corriente de agua.