Tomatlán.- El arte milenario de la jardinería en miniatura lo cautivó desde hace siete años. Leonardo Zuccolotto Feito ha dedicado parte de su vida al cultivo del bonsái. Tras una visita al museo ubicado en su casa, él da cuenta de cómo ha crecido esta tradición y su importancia más allá del afán decorativo.
Apasionado por el mundo oriental, ha desarrollado sueños en cada una de las plantas en miniatura que tiene en el jardín de su casa, así como en otras tantas que han adoptado su arte dentro del extraordinario mundo del bonsái.
Su pasión y creatividad por coleccionar y desarrollar los bonsái, comenzó luego de una exposición y venta de estas especies en el municipio. Tras el relato, Leonardo compartió que “todo surgió tras una invitación a la venta de bonsái que me atrajo a hacer lo que ahora tengo”.
Él empezó de manera autodidacta, ha entrado al mundo a través de los libros y la información que va “pescando” por internet. Además, siempre consulta a su asesor y especialista en la escuela Tsuburo, en Fortín de la Flores.
Alrededor de 30 especies diferentes son las que adornan su jardín. El espécimen más pequeño mide aproximadamente 20 centímetros; los más grandes, hasta un metro de altura, las cuales decoran el museo en el jardín de Leonardo.
Sin duda, la planta acumula sentimientos para quien la cuida. “Cada bonsái es como un hijo, debemos cuidarlo y mantenerlo día a día”, señaló. Cada mañana recorre su jardín y busca perfeccionarlos.
El arte del bonsái nació en la antigua china, donde eran conocidos como “Pen-jing” o “Punsái”. Una leyenda sostiene que durante la dinastía Han, entre los años 206 y 220, un emperador mandó construir un paisaje en miniatura que debía representar todos los árboles que había en su imperio.
Aunque la gente suele relacionar los bonsái a Japón, la práctica llegó a la isla muchos siglos más tarde, aproximadamente entre los siglos XI y XII, a través de los monjes budistas. Este es el arte de pensar y meditar; está profundamente relacionado con la filosofía zen.
Para Zuccolotto Feito, sus bonsáis son igual que los cuadros y las esculturas: complementan el estilo decorativo de la casa. Su obra está en buenas manos con herramientas estrictamente únicas para el jardín del bonsái. En sus ratos libres, poda y arregla cada una de sus plantas.
Fernando, ha tenido la oportunidad de participar en al menos 10 exposiciones en diferentes municipios de la región, lo que ha sorprendido a las personas, pues es uno de los pocos dentro del cultivo del arte del bonsái en la zona.
La estética en esas miniaturas ha mejorado las habilidades de formación, presentación y apreciación de esta forma de arte natural que tiene Leonardo, por lo que ha logrado cautivar la pupila de los jueces en varios concursos y obtenido premios condecorativos para su interpretación de este arte.
“Leozucco Bonsái” ha mantenido las puertas abiertas a las personas que deseen apreciar su jardín milenario. En ella, han sido partícipes estudiantes de diversas escuelas y adultos que llegan a conocer la historia y cultivo de esta técnica.
Para Leonardo Zuccolotto, la propuesta de iniciar un curso local sobre el bonsái continua en pie, por lo que ha extendido una invitación a las personas para conocer parte del jardín en el bonsái.