Orizaba.- La Opera Ambulante de Tijuana se presentó en el parque Castillo de Orizaba, donde los artistas se disfrazaron de empleados municipales de Limpia Pública, Policía, Protección Civil, promotores de parquímetros y hasta de una vendedora indígena. Fueron deleite para decenas de personas que en pocos minutos presenciaron el singular espectáculo que se lleva por todo el mundo.
De la ciudad de Tijuana, donde nace la República Mexicana, vino Mario Montenegro, director artístico de la Ópera Ambulante, con su ensamble de artistas conformado por Manuel Paz y Javier Carrillo como tenor; Carolina Orozco, mesosoprano; Yuri Chirino, soprano; y un contratenor que se llama Humberto García.
Todos ellos vienen a comunicar la música de concierto a los espacios no convencionales donde puedan intervenir y llevar este regalo a quien lo acepte; ya llevan dos años en este deambular, y Orizaba es el primer municipio veracruzano en donde se presentan.
En un país como México, con sus fuertes realidades tanto sociales como políticas y de seguridad o economía, hay que aprovechar la oportunidad de regalar la música, de entregar el alma, “hay que atrevernos a lanzar la voz. En una situación difícil es importante que la gente cante que a donde vaya lleve alegría y comparta los talentos que Dios le ha dado, es una misión social la nuestra”, afirmó.
El alcalde Hugo Chahín y algunos de sus colaboradores, así como varios ciudadanos, presenciaron un sorpresivo acto de la Ópera Ambulante, la cual es una forma diferente de acercar el arte a la población, a quien además entretiene y desestresa, dijo el munícipe.
Esta actividad se realizó en el marco de la Semana del Arte que se efectúa en la ciudad con motivo de la reapertura del teatro Ignacio de la Llave. Este tipo de eventos se realizan en todo el mundo en escenarios poco comunes, como salas de espera, aeropuertos, la calle y hasta en los mercados.
Cuando el reloj marcaba las doce del día, un joven vestido de policía comenzaba a cantar entre la gente, y a unos metros, le respondía ella ataviada con el uniforme de promotoras de los parquímetros. Algunas personas parecían muy extrañadas, luego aplaudían con mucho entusiasmo e iban buscando las miradas y pasos de los artistas.
Casi de inmediato, apareció sobre una escalera un joven más vestido como empleado del área de Alumbrado Público, y después le seguía un supuesto empleado de Protección Civil, así como una vendedora ambulante.
Los minutos fueron muy amenos, de inmediato el público comenzó a reunirse, y los artistas aprovecharon para tomarse la foto en la fuente principal, invitando a la población a estar alegre a lanzar su canto al viento y a ser felices.
Matilde De los Santos Parada
El Buen Tono