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LAS VÍCTIMAS DE SIEMPRE

Superiberia

Ala azarosa situación que registra la entidad por la crisis política, financiera y de seguridad pública, se sumó el fin de semana el desastre natural por el paso del huracán “Earl”, que ocasionó  daños materiales en 22 municipios y provocó la muerte de diez personas -según el reporte de hasta ayer por la tarde-. Las lluvias torrenciales que desbordaron afluentes y anegaron la tierra, causaron el desgajamiento de cerros en Tequila, Coscomatepec y Huayacocotla.

La zona Centro fue  más afectada en cuanto al número de víctimas. En el barrio Zacatlamanca, en Tequila, pereció un matrimonio junto con su pequeño de tres años de edad mientras en la comunidad Temazolapa de Coscomatepec, otra familia de tres integrantes –el hijo de año y medio de edad-,  fue sepultada por otro derrumbe que arrasó su vivienda. Las seis víctimas fueron pobladores de localidades marginadas, esos que están obligados a vivir en zonas inestables por la precariedad de su situación.

En el resto del Estado los anegamientos y destrucción de infraestructura pública –como colapso de puentes, derrumbe en caminos y carreteras- así como los daños a viviendas, sembradíos y zonas de pastoreo, también afectan principalmente a la población rural y en situación de pobreza. Es lo  cíclico, el daño a los más desfavorecidos, aunque no es porque sea una  regla de la naturaleza o un mandato divino, sino porque la tragedia tiene un alto contenido de responsabilidad humana y claro, política.

Sin abundar en un punto que se ha tocado reiteradamente, existe responsabilidad política desde el momento en que los fondos para combatir la pobreza –y por ende, ofrecer  un sitio digno y sin riesgos para vivir a las personas- no llegan a su destino porque son desviados por los funcionarios corruptos y las medidas de Protección Civil para evitar que núcleos poblacionales estén ubicados en zonas de riesgo –existe un Mapa de Riesgos oficial para Veracruz, y lo presumen los gobernantes- sólo se quedan en el discurso de los funcionarios.

Lamentablemente, con la tragedia ocurrida el fin de semana, el calvario apenas empieza para los deudos de las víctimas, y para los miles de damnificados por los daños materiales. Van a tener que esperar mucho tiempo a que haya una indemnización por las pérdidas,  en recibir apoyos para reconstruir viviendas o reubicarse a un sitio seguro y será un milagro si les brindan financiamiento para recomenzar sus actividades económicas afectadas, como en  el caso de los agricultores o ganaderos.

En Veracruz, el presupuesto para atender desastres naturales y apoyar a los damnificados nunca llega a su destino, se lo roban los funcionarios estatales y municipales, ni las promesas de apoyo se cumplen. El ejemplo cercano está en el poblado de Tecoac en Coscomatepec, donde el desgajamiento de un cerro sepultó varias viviendas en septiembre del 2013, causando  la muerte a 13 personas  han transcurrido un trienio sin que se cumplan los proyectos anunciados para reubicar a los lugareños.

Apenas el 9 de junio pasado, el Congreso Local aprobó la donación de dos terrenos de 686 y 209 metros, respectivamente, para poder reubicar a nueve familias damnificadas. La autorización se dio casi tres años después de la tragedia, porque el cabildo de Coscomatepec se tardó dos años en sesionar para resolver el asunto de los espacios donde los afectados pudieran edificar nuevas viviendas.

Los haraganes ediles, encabezados por el alcalde, Manuel Álvarez Sánchez, se dignaron a sesionar hasta el 19 de noviembre de 2015 y se tardaron 8 meses en mandar la petición a la Legislatura. Los integrantes del ayuntamiento de Coscomatepec son el ejemplo vivo de que el daño a los más pobres no sólo los provocan los fenómenos naturales, sino también los malos funcionarios públicos.

 

EL SOBREGIRO

 Y  en materia ecológica, los meteoros que devastan poblaciones son el resultado de los excesos contra la naturaleza. El clima del planeta ha cambiado a causa de la polución, la sobreexplotación de recursos naturales y la destrucción de ecosistemas.  Una fecha fatídica para la humanidad es hoy lunes, pues según la organización Red sobre de la Huella Global (Global Footprint Network en inglés)  es el “Día del Sobregiro en la Tierra” ( Earth overshoot day).

Es decir, se llegó al límite de los recursos naturales y a partir de este 8 de agosto, los humanos comenzaremos a “vivir a crédito” con la naturaleza. Ya la población mundial superó la existencia de recursos para mantener el equilibrio y en adelante todo serán pasivos ambientales que tendrán un costo fatal si no se revierte el rumbo.  Según los científicos, a partir de este lunes se necesitarán 1.6 planetas para atender el consumo de los hombres, o sea, que ya la tierra no alcanza para tanta voracidad y se requiere un planeta y medio para sostener el ritmo de depredación que se tiene.

Hay que agregar que el Día del Sobregiro se fija cada año en base al cálculo de los científicos, que han dividido el nivel del consumo con los recursos existentes para mantener el equilibrio ambiental cada ciclo anual.   La explicación la dan con “peras y manzanas”: la humanidad tiene cierta cantidad de alimentos para consumir durante los 12 meses del año y así mantener un equilibro para no quitarle  a la naturaleza cosas que alteren su curso.

Sin embargo, los hombres se comen en ocho meses la despensa de todo el  año y entonces toman –piden a crédito, según la figura semiótica- más alimentos para los siguientes cuatro meses. Desde la década de los setentas, cuando se dio la voz de alerta sobre la descompensación ecológica, los hombres viven sobregirados en recursos naturales y la deuda se va acumulando hasta que se haga insostenible y colapse el sistema.  Ese es el peligro.

 

OTRA VEZ EL ‘VIVI’ 

 En otro tema también trágico, sobre todo para los veracruzanos, pues se trata de un depredador del presupuesto público, el Gobierno Estatal nuevamente propone al terrablanquense Francisco Portilla Bonilla para convertirse en magistrado durante los próximos diez años, aunque  esta vez para  la Sala en Materia de Familia del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE),  recientemente creada por disposición en el Congreso Local.

Portilla Bonilla está incluido en la propuesta de Palacio de Gobierno, junto con la jueza de primera instancia en Córdoba, Patricia Montelongo Guerrero y la secretaria de Acuerdos del Consejo de la Judicatura en el TSJE, Lisbeth Hernández Ribbón. La propuesta del Ejecutivo estatal sobre esos tres será admitida en la sesión legislativa  del próximo jueves y sería votada la semana siguiente.

Vaya necedad. A Portilla Bonilla lo quisieron imponer como titular de la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, pero se le cayó el cargo debido a la polémica generada por la oposición y Palacio de Gobierno tuvo que recular en el nombramiento. Después lo propusieron para ser uno de los tres magistrados de  la Sala Anticorrupción del TSJE,  también fue creada por el Congreso Local, pero el proyecto se cebó luego de que la Presidencia de la República inició una controversia constitucional contra el Gobierno de Veracruz.

La denuncia de Los Pinos  ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), según la postura oficial, fue por extralimitarse a las leyes federales al crear esa instancia jurisdiccional e intentar nombrar a magistrados en el tema, cuando a nivel federal todavía no entraba en vigencia la legislación pertinente. Empero, en realidad fue el ‘manotazo’ del Gobierno Federal para detener el llamado blindaje transexenal que protegería a los funcionarios salientes de investigaciones por corrupción. Portilla Bonilla iba a tener  esa encomienda y vaya que es experto en encubrir latrocinios.

 Así, todos pensaban que el ex alcalde de Córdoba  finalmente se iría al retiro, a cobrar su pensión de adulto mayor e inscribirse a cursos de crochet o cachibol en el sistema DIF de su localidad, pero no fue así. El “ViVi” Portilla – se acota que el término “ViVi “es de la autoría del periodista  Luis Velázquez y significa “Viejo Vividor” del erario, y no es una ofensa sino una descripción- se niega a la jubilación y a vivir fuera del presupuesto.

 Otra vez está en el rejuego y de nueva cuenta en tela de juicio, porque nombrarlo como magistrado en Materia de la Familia es todo un despropósito, ya que  carece de autoridad moral para poder opinar en temas relacionados a la protección de la familia, los hijos y los derechos conyugales, pues hace apenas unos años fue el protagonista de un escándalo de adulterio, supuesta procreación de hijos fuera del matrimonio y exterminó de un hogar.

La sociedad cordobesa se divirtió un buen tiempo con el cotilleo sobre el caso. En la prensa se manejó parcialmente porque el tema es del  ámbito privado, aunque  fue tal el escándalo, que ya era el comentario en todos los espacios públicos. La novela se la recetaron todos los días los empleados del palacio municipal. Es más, a la protagonista femenina que ocupaba la tesorería, los mismos burócratas le cambiaron el nombre y la bautizaron como “La Tesorito”; pues era un secreto a voces una supuesta relación sentimental con el edil.

El  asunto despertó el enojo de la sociedad cordobesa cuando se supo que el matrimonio de la funcionaria terminó porque se descubrió, a través de análisis de ADN, que uno de los hijos no era descendiente del padre, así que el señor agarró al otro pequeño  –cuyos genes si coincidían- y se fue de la casa con él. Vaya, no lo hubiera hecho, se le vino el mundo entero porque  fue acusado de secuestro de menores y llevado ante la justicia. Poco faltó para que lo mandaran a Almoloya con sentencia de  cadena perpetua, pues la Procuraduría de Justicia  -hoy Fiscalía General- se ensañó con él.

 ¿Quién intervino para castigar al marido indignado que exhibió el adulterio de su mujer? Todos señalaron a las influencias políticas de Portilla con el innombrable exgobernante. Por si fuera poco,  el responsable del escándalo nunca quiso reconocer la paternidad que le atribuían. Así, los cordobeses lo apuntaron –y lo siguen apuntando-  con el dedo por haber destruido un hogar y ¡¡ ahora lo quieren poner a juzgar conflictos familiares!! Corrigiendo lo dicho inicialmente: eso  más que un despropósito es una burla.  Es la doble moral de la decadente clase política.

Envoyé depuis Paris, France.

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No tienen en dónde vivir