Estocolmo.- Los fans de ABBA, el legendario grupo de pop de los años 70, aguardan impacientes la apertura del nuevo museo consagrado a los gigantes de la música sueca, en pleno corazón de Estocolomo el próximo 7 de mayo.
El edificio recubierto de madera clara está casi listo, y los camiones se suceden para entregar muebles y piezas de colección. Un hotel y el Swedish Music Hall of Fame abrirán sus puertas en el mismo sitio.
Los trabajadores se afanan para concluir a tiempo esta oda a los verdaderos vencedores de Waterloo, la canción que triunfó en el Festival de Eurovisión en 1974.
A través de las grandes cristaleras, se ve una gran sala vacía. Son pocos los que han sido autorizados a entrar: antes hay que terminarlo todo, dicen los promotores.
“Vamos a ofrecer a los visitantes una experiencia única”, dice el director del museo Mattias Hansson.
Los fans que han soñado con convertirse en el quinto integrante de ABBA podrán aparecer en escena en compañía, aunque virtual, de sus héroes durante el tiempo de una canción.
En una sala consagrada al éxito “Ring Ring” sonará un teléfono de los años 70. Cuatro personas conocen el número: los ABBA, evidentemente. “Es una idea de Frida (Anni-Frid Lyngstad), (…) por lo que está claro que ella va a llamar”, dice la conservadora, Ingmarie Halling.
Los afortunados visitantes podrán hablar con ella o con alguno de los otros tres componentes de uno de los grupos más famosos de la historia de la música pop: Agnetha Fältskog, Benny Andersson y Björn Ulvaeus.
Los visitantes “van a poder vivir lo que los miembros de ABBA han vivido”, con el sonido de sus voces, promete Ingmarie Halling. En la audioguía los miembros del grupo cuentan su historia.
agencias