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TECNOCRACIA

Superiberia

Fue durante los auges de la Revolución Industrial, que por grandes pensadores la ideología tecnocrática se comenzó a vislumbrar. Y es que bajo la sombra del edificio del progreso; que dio tanta credibilidad a la ciencia, a la experiencia y a los hechos, surgió el monopolio tecnocrático (del griego “Gobierno de los técnicos”), arquitecto de los planos para diseñar el mundo moderno.

Aunado al crecimiento de la industria textil, se incrementaron múltiples frentes de la producción mercantil. La máquina de vapor, entonces tecnología de punta diseñada por James Watt, movilizó veloces ferrocarriles y gigantes barcos, y como resultado de vías marítimas conectadas y ciudades enteras entrelazadas, la producción se aceleraba, la riqueza se acumulaba y la ciencia y la técnica se consolidaban. Ah y por cierto… el surgimiento de la energía eléctrica y el motor de combustión interna le dieron herramientas a las grandes potencias para prepararse a los tiempos de guerra.

Estadísticas; datos fríos, empíricos, conocimiento racional y crítico, método científico, son algunas de las demandas que impone el tecnócrata político, ya que en vez de asesorar al poder, siempre busco suplantarlo. La sustitución de el “Gobierno de los hombres” por la “administración de las cosas” que tanto vitalizó a la sociedad industrial, les dio el título de portadores de la verdad. Pero pobres de ellos al seguir pensando, que la totalidad de la realidad sociopolítica es posible matematizar. ¿Si no es cuantificable es falso? No habrá algoritmo capaz de sistematizar las infinitas variables del comportamiento humano; sus verdades serán las más eficientes y pragmáticas, pero en cuestiones de entendimiento del terreno social, pobres de los tecnócratas al creer que regalando tabletas a niños que ni siquiera las saben usar, provocarán a la sociedad evolucionar.

En la segunda mitad del siglo XX; ya ante una globalización creciente, fue cuando la tecnocracia se proyectó ante resonados problemas mundiales latentes, como el  crecimiento demográfico, los recursos naturales y el medio ambiente. Fue cuando las universidades estadounidenses apuntalaron la generación de conocimiento, hoy son vanguardia, su hegemonía acapara el panorama mundial y la planificación de un futuro técnicamente global.

Ahora en pleno siglo XXI el paradigma tecnológico entra en duda. Pues es que su obsesión por la resolución de problemas a veces se olvida de  evitarlos antes de ocasionarlos. Al tecnócrata también le encanta  darle prioridad al desarrollo tecnológico armamentista-militar. La misma frialdad que los números representan convulsiona al tratar de imponerse en el terreno social. Tal y como cuando pasó tras la guerra de Irak; donde la ejecución de su líder dictador (Saddam Hussein) y la imposición de una “democracia liberal” con bombas,  conllevaron al caos y al surgimiento de una rama de Al-Qaeda llamada Estado Islámico de Irak. Ojala en los medios también le dieran crédito a Occidente por los problemas que causa en Oriente.

La tecnocracia y el neoliberalismo  son uña y mugre. Pues sólo hay que indagar un poco  para darse cuenta de que ambos  forman parte del corazón ideológico del priismo. Salinas de Gortari; egresado de Harvard e impulsor del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), marcó una profunda etapa a favor de dicha tendencia, curioso que por un lado se paraba el cuello incluyendo a México al panorama global y por otro lado indicaba a las Fuerzas Especiales de Alto Mando a que neutralizaran el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. La opción de las sociedades marginadas es alinearse, despegarse de las tradiciones y costumbres, pues a mayor racionalidad menos Fe.

Joven emprendedor tecnócrata: el apoyo a la pequeña y la mediana empresa tan mencionado en el contexto de las reformas de tu Presidente Peña es tu opción. ¿Quieres hacer dinero? crea una idea que le pueda interesar a los empresarios; desarrolla el modelo de negocios, encárgate del marketing, diseña un logo, ponte un traje y apréndete el “pitch elevator” (breve discurso que expone una completa idea de negocios), hazte tu presentación de Power Point, si puedes que sea en inglés por favor, y una vez que un inversionista te ponga los millones, que revoluciones al mundo como Steve Jobs por un lado y contribuyas a la acumulación de la riqueza por el otro, ¡siéntete orgulloso de ser un tecnócrata!

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