Córdoba.- La Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas salió a recorrer posibles lugares para dar con restos de víctimas de desaparición forzada. Ayer realizaron la inspección de dos predios, uno entre las congregaciones San Rafael Calería y El Porvenir, así como otro en el Rancho San Matías del ejido Agustín Millán. En uno de estos localizó ropa y zapatos; mientras que en el otro la Policía Científica analizará un pozo, ante el presunto caso de indicios.
Luego de desayunar los miembros de la brigada, acompañados en un convoy al que se sumó la Policía Federal, Policía Ministerial, Comisión Estatal de Derechos Humanos y observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), emprendieron la búsqueda, tras anónimos reportados a la iglesia de los Santos Reyes, en Amatlán de los Reyes y Nuestra Señora de Guadalupe, en Paso del Macho.
A este primer día de búsqueda se unieron personas de la región que tienen un familiar desaparecido, quienes al llegar a los predios se organizaron para hacer filas y con picos, palas y barretas, fueron reconociendo el predio sembrado con plantas de café, para así localizar algo.
En el Rancho San Matías fue acordonada un área y la Policía Federal, así como peritos, se quedaron a investigar, debido a que observaron que había que buscar en un pozo, en un predio que fue denunciado de forma anónima.
Luego de ello se trasladaron a otro predio entre San Rafael Calería y El Porvenir, donde tanto la Policía Federal como Ministerial colocaron una cinta amarilla, marcando el territorio a investigar, pero no encontraron nada, por lo que decidieron seguir buscando más adelante de donde les habían indicado y fue así como encontraron ropa, causándoles extrañeza, pues no parecía que personas pudieran dejarla así tirada, debido a que fue localizada a más de 2 kilómetros del camino principal.
La ropa localizada era de hombre y mujer, incluso un par de calcetines, zapatos de varón, unas sandalias y un par de zapatos de niño. La ropa fue detectada a unos a 500 metros del hallazgo realizado en abril pasado en San Rafael Calería, donde en junio pasado terminó las acciones de búsqueda la Policía Federal.
Las madres de familia se sienten motivadas con la posibilidad de poder localizar un resto que pueda devolver a una familia la paz, para que tenga tranquilidad por un miembro desaparecido, pues a pesar de que no sea su familiar, localizar un hueso es un tesoro con el que guardan la esperanza de así un día hallar a su hijo o hermano.
Las mujeres intercambian comentarios, unas a otras se dan ánimo, pues les desanima no encontrar algo, pero las alienta a seguir buscando para recuperar a sus hijos, los que han dejado un vacío con su desaparición forzada.
El dolor aseguran las une, al encontrarse más de dos e intercambiar comentarios les da fortaleza, pero extrañarlos les hace derramar una lágrima, recordar la última vez que los vieron al salir de sus hogares.
La búsqueda continuará y tienen la esperanza de que pronto les indiquen otros posibles lugares en la urna de la Iglesia, para así dar con el paradero de sus hijos y hermanos, cuya desaparición les ha robado la vida misma.
