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DESAMPARADO

Superiberia

Es la noticia de la semana e inédita en la historia de Veracruz. Nunca antes un Gobernador veracruzano había quedado en el desamparo político y al borde de ir a la cárcel. Los que viven de la nostalgia política hablan del  ‘Solitario de Palacio’ en referencia a los mandatarios –presidentes o gobernadores- cuando  llegan al tramo final de sus gestiones, hay un sucesor electo y deben prepararse para entregar el poder, pero lo que sucede en Veracruz rompe esa ortodoxia, porque el ocupante de Palacio de Gobierno ya pasó de vivir la soledad a experimentar la desolación.

La federación aparentemente lo abandonó a su suerte y muchos juran que será usado como trofeo para legitimar el famoso Sistema Nacional Anticorrupción que impulsa el presidente Enrique Peña Nieto. Es decir, el todavía  gobernante Javier Duarte de Ochoa sería llevado al patíbulo para mostrar que el combate a la corrupción es un acierto palpable de Peña Nieto y a la vez, se le  usará como bandera mediática para reparar la maltrecha fama del priismo en la antesala de las elecciones presidenciales.

Eso indica lo sucedido el lunes pasado cuando, de manera sorpresiva, la  Presidencia de la Republica detuvo el paquete de blindaje transexenal que el cordobés pretendía instalar: un Fiscal Anticorrupción  y tres magistrados sobre el mismo tema, al anunciar  la apertura de un juicio de inconstitucionalidad para echar abajo, tales entuertos, y eso  solo significa una cosa: Duarte está solo de aquí en adelante.   

Nunca antes se había tenido tal caso para un gobernante veracruzano en funciones, cayera de la gracia de Los Pinos y que desde el altiplano se diera un manotazo de tal medida, porque no sólo fue detener los cambios constitucionales y nombramientos en cargos estratégicos para protegerlo de futuras investigaciones judiciales, sino la maquinaria judicial que ya trabaja sobre Veracruz.

No hay que olvidar que la Procuraduría General de la República (PGR), la Auditoria Superior de la Federación y el Sistema de Administración Tributaria (SAT) tienen abiertos expedientes de investigación contra unos 30 funcionarios estatales por malversación de fondos federales y es posible que haya consignaciones que lleven a muchos a la cárcel. Entonces, la pinza es doble: la pesquisa judicial y la prohibición de instalar una red de protección transexenal.

Así,  finalmente reaccionó el Gobierno Federal  a los sendos llamados que hizo el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, las  dirigencias nacionales del PAN y del PRD, y las cámaras empresariales que se pronunciaron al respecto. ¿Hay que aplaudir esa acción a Peña Nieto? No, porque era su deber aunque si debe reconocerse, dado el sistema priista tan proclive a proteger criminales, que hubo una reacción desde Los Pinos a favor del pueblo veracruzano.

RIDICULIZADOS

El manotazo de Los Pinos para detener el paquete de leyes y nombramientos, que tenían la encomienda de cubrir las espaldas a los funcionarios salientes, otra vez dejó en ridículo a los diputados priistas locales. Puras vergüenzas con ellos, aprobaron cosas ilegales con tal de servirle al gobernante saliente. Son tan orejones que ni siquiera leyeron las iniciativas, pues de haberlo hecho a la luz del contexto jurídico nacional se hubiera percatado de la inconstitucionalidad de las mismas.

También el errático pastor de los parlamentarios fidelistas, el “charro magisterial” Juan Nicolás Callejas, demostró que es cartucho quemado que no da para más. ¿Qué otra cosa le aprobarán los diputados priistas al Gobernante en turno ahora que está en desgracia política y sin la protección de la Presidencia de la República? Se atreverán los ignorantes diputados a llevar al pleno más disparates que abonen a la pena ajena. Nadie lo dude, porque estos señores no son representantes populares sino lacayos.

En un texto anterior, se decía que habría un costo político por avalar todas las acciones descabelladas del Gobierno que está por concluir y ahora bien se pudiera decir que la actual Legislatura Local, y especialmente la bancada del PRI con sus satélites PVEM y Panal, han sido los peores legisladores en los últimos años.  No sólo quedaron en ridículo, ahora que la federación les canceló los entuertos sino que en ocasiones anteriores han sido exhibidos por su impericia, falta de preparación y pifias.

No hay que olvidar que cuando la priista Ana Guadalupe Ingram  era presidenta del Congreso Local –después pidió licencia para competir por la diputación Federal y perdió-, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió sanciones económicas y apercibimientos públicos porque les enviaban documentos sin firmas, sin sellos y en algunos casos hasta con faltas de ortografía. Es decir, estos diputados han sido los más burros que ha tenido Veracruz y también los más ‘arrastrados’ con el gobernante en turno.

Todavía ayer, los priistas y sus satélites en el Congreso Local se atrevieron a enviar una carta a la opinión pública diciendo que no obedecen órdenes a ciegas y que mantienen una relación de respeto con el Ejecutivo estatal, como si los veracruzanos no los conocieran, ni hubieran sido agraviados por sus acciones. Y más aún, se atreven a pedir “respeto a su autonomía para poder seguir legislando sin ninguna línea que no sea, con conciencia y coherencia” Estos diputados son cochinos pero además trompudos.

LAS DOS TORTAS

Por cierto, la buena noticia para los cordobeses es que finalmente el destino alcanzó al inefable Francisco Portilla Bonilla –cuando era secretario del Congreso Local sus correligionarios se apodaban “El señor Por-pillo”- quien se quedó ‘como el perro de las dos tortas’, sin nada en las manos. Los cargos que perseguía se le fueron al cielo. Primero renunció a la secretaría del Congreso Local para buscar ser el Fiscal Anticorrupción y se le cayó el nombramiento.

Luego renunció a la postulación para ese cargo y se apuntó para ser uno de los tres magistrados de la Sala Anticorrupción, la cual se hizo humo con el anuncio de Los Pinos de que era una cosa anticonstitucional. El terrablanquense se quedó fuera de la nómina, al menos por el momento y si lo rescata la agonizante administración estatal, únicamente tendrá chamba cuatro meses más.

Portilla Bonilla ha de estar en la misma crisis que atacó en su momento al famoso “Tlacuache Garizurieta”, (César Garizurieta), el político tuxpeño autor de aquella frase de que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, y urge que al terrablanquense le den una escoba y se ponga a barrer en el Ayuntamiento o lo contraten para dar clases de tejido o bricolaje en algún taller municipal, sino podría suicidarse como lo hizo  Garizurieta cuando quedó fuera del Gobierno.

Para el exalcalde cordobés no estar en  la nómina pública es como una maldición, pues nunca se ha dedicado a otra cosa. Toda su vida ha sido burócrata, no se le conoce modo honesto de vivir. La notaría pública que tiene fue obtenida por los enjuagues y favores políticos, no porque haya sido un buen litigante ni porque sea una persona con una honestidad probada al grado de ser digno de dar fe pública. Hoy Portilla Bonilla vive sus horas más aciagas pues,  como dicen en la colonia: se le acabaron los ‘huesos’. Eso sí, tiene asegurada una vejez sin apuros económicos por todo lo que robó.

EL OPORTUNISTA

Regresando al asunto del manotazo desde el altiplano para Veracruz, era de esperar que  el tricolor y sobre todo algunos vivillos salieran al paso para evitar que el Gobernador electo, Yunes Linares, se llevara  todo el crédito de la reacción presidencial. Por eso, el candidato perdedor del PRI, Héctor Yunes Landa rompió el mutis de las últimas semanas para exigir públicamente que el gobernante en turno solicite licencia al cargo.

Pareciera  la exigencia de un estadista, un llamado justo y con alto impacto político, porque el emisor es  el abanderado del tricolor que fue derrotado por el voto de castigo contra la administración estatal, la cual definió como  “quizás la peor gestión que se recuerde en nuestro Estado”. Aquí hay que aclarar que si bien el aún gobernante ha sido nefasto, no es el peor en la historia del Estado  sino la consecuencia del verdadero facineroso, el  innombrable, quien lo impuso como su sucesor para que él y los suyos siguieran robando.

Si un paciente canceroso muere por una insuficiencia renal o un paro cardíaco, lo peor no es el mal de riñones ni el infarto del corazón, sino el cáncer que deterioró el cuerpo a tal grado que provocó que los órganos vitales fallaran. Entonces la comparación es sencilla pero válida: en  Veracruz el cáncer es el innombrable y la insuficiencia renal es el aún mandatario estatal. No se equivoquen, el cáncer fue primero en Veracruz y habrá que extirpar esas células cancerosas para evitar el final trágico.

Pues bien, Yunes Landa salta a la escena para pedir que Duarte se vaya de la gubernatura y sólo le faltó decir que, de ser posible, lo deje a él como su sustituto. De esta forma cumplirá su sueño de ocupar el Palacio de Gobierno aunque sea cuatro meses, porque se duda que llegue a ese lugar por la vía electoral. Ya tuvo su momento y fracasó. Para quienes no son luchadores sociales ni verdaderos hombres de Estado, segundas partes nunca funcionan. De ahí la urgencia del excandidato para llamar la atención sobre su persona.

El llamado de Yunes Landa es anecdótico, pues, porque ese mismo lo hubiera hecho al inicio de su campaña electoral y  si se hubiera desmarcado  completamente de la administración estatal, tal vez hubiera ganado más simpatías y el resultado no hubiera sido la estrepitosa derrota del pasado 5 de junio. A Yunes Landa los electores lo identificaron completamente con el actual gobernante, a quien solía llamar “mi jefe político” y entonces, ahora pedir su renuncia ya cuando el mal está hecho, es simplemente caer en el oportunismo.

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