Xalapa.- Los dos Yunes, el Senador y el Gobernador electo, manifestaron ayer en sendas conferencias de prensa, que Javier Duarte debe ser separado de su cargo como Gobernador de Veracruz.
Héctor Yunes Landa hizo un llamado al Gobernador, a quien le pidió que “por dignidad”, solicite licencia para separarse de manera definitiva del cargo, pues ha demostrado “su incompetencia para resolver los problemas de su sociedad… La acción de inconstitucionalidad de la PGR en contra del Gobernador y el Congreso Local, descalifica a Duarte en lo jurídico, en lo político y nos da la razón”.
Por su parte, Miguel Ángel Yunes Linares, Gobernador electo, demandó la inmediata salida de Javier Duarte, de quien dijo “ha provocado una crisis de consecuencias gravísimas en Veracruz”.
Pero ninguno de los dos menciona a quien provocó la debacle financiera del Estado. Ninguno de ellos menciona a Fidel Herrera, quien dejó hace ya casi seis años un Estado absolutamente saqueado, con deudas enormes, tan enormes que durante toda su administración Javier Duarte no pudo no solamente pagar, ni siquiera negociar adecuadamente.
Para Javier Duarte ya hay denuncias penales y todos los días aumentan los señalamientos en su contra y de muchos funcionarios de su gabinete. Se le debe investigar, por supuesto, y debe rendir cuentas de lo que ha robado o desviado.
Pero si Fidel no hubiera endeudado tanto al Estado, Duarte hubiera robado y no pasaría nada. Porque así se fue Miguel Alemán, mucho más millonario de como llegó al Gobierno de Veracruz, pero no endeudó tanto al Estado y no pasó nada. Así sucedió con Chirinos, con Dante, con Gutiérrez Barrios. Robaron pero no pidieron prestado, no endeudaron al Estado. Fidel robó y endeudó de tal forma a Veracruz, que Duarte no pudo salir ileso.
Tan sólo en Ozuluama, un pequeño municipio del Norte de la entidad, Fidel hizo 52 puentes, de los más de mil que informó haber construido. Esos puentes, pagados con sobreprecios escandalosos, no producen nada, no solucionaron nada, nunca hubo ningún estudio para el retorno o el valor social de esa inversión. Son pequeñas muestras del enorme desfalco provocado por Fidel a Veracruz, y que durante los años posteriores, los de Duarte, provocaron que Veracruz viva ahora una doble tragedia. No sólo el lastre de un Gobierno fallido por la corrupción y la crisis social, de una economía devastada, sino también de instituciones públicas perdidas para los ciudadanos, que costará mucho tiempo recuperar y que vuelvan al servicio de la gente.
Juzgar a Duarte, sí. Pero, ¿por qué no mencionan a Fidel?
