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GARANTÍAS PARA JAIRO

Superiberia

Ser luchador social en Veracruz, y en esta época, es correr  riesgo de muerte. Hacer activismo por alguna causa justa es convertirse en blanco de autoridades represoras que por lo regular están involucradas en asuntos del crimen organizado. Desde este espacio repudiamos totalmente el atentado que sufrió el activista Jairo Guarneros Sosa el viernes pasado en Orizaba y exigimos que se le brinden a él y a su familia, las garantías de seguridad suficientes para impedir que los facinerosos vuelvan a actuar en su contra.

Pese a tener el título de Pueblo Mágico, Orizaba es una ciudad donde pareciera que reina la ingobernabilidad,  debido a la intolerancia de los funcionarios que la gobiernan y sobre todo por los señalamientos de que la policía municipal estaría infiltrada por el hampa. No hay que olvidar que el ataque contra Guarneros se perpetró un día después de que encabezó una protesta contra esa corporación y contra la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Es intolerable la agresión y que la alcaldía siga con la cantaleta de “aquí no pasa nada”, aún cuando la versión que se maneja apunta a que fueron policías los responsables.

Guarneros Sosa es un auténtico activista que a lo largo de su vida ha encabezado la defensa de los exobreros de la región fabril, de niños de la calle, sexoservidoras, mujeres maltratadas, taxistas, cafetaleros, migrantes  y familiares de desaparecidos. Todos conocen su trabajo y su calidad como persona, por eso a lo largo y ancho de la entidad se dieron expresiones de solidaridad durante el fin de semana de parte de organizaciones civiles y activistas. Este espacio se suma a las mismas y se exige que los autores materiales e intelectuales de atentado sean localizados y castigados.

¿QUIÉN MATO A KARINA?

Otro asunto delicado que se dio en la zona Centro fue la liberación del exdirector de Turismo en el ayuntamiento de Nogales, Miguel Ángel Mateos Escamilla, acusado del secuestro y muerte de la jovencita Karina Reyes Luna,  hija del propietario de la Universidad del Golfo de México, Jorge Reyes Larios y sobrina del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, sucedido en junio de 2008.

Mateos Escamilla estaba sentenciado a 65 años de prisión, pero un fallo judicial anuló dicha condena luego de corroborar las anomalías en el expediente y fue liberado tras pasar 7 años y once meses en prisión. Se encontraba en el reclusorio La Toma en Amatlán de los Reyes y desde el fin de semana ya está de regreso con su familia, la cual nunca se rindió en la defensa jurídica y siempre sostuvo que era inocente y víctima de las chapucerías del entonces gobernante estatal, el innombrable.

El caso de Karina Reyes Luna fracturó la relación política que el impresentable exgobernante tenía con el arzobispo de Xalapa, tío de la víctima, al grado de que cuando localizaron el cuerpo de la jovencita y se realizaba el velatorio, la familia Reyes menospreció la asistencia del innombrable en el lugar y sólo fue recibido de mala gana por la intervención de un empresario que pidió a los hermanos Reyes Larios no correr del lugar al oscuro sujeto. Para congraciarse con los deudos, el innombrable ordenó  construir el tinglado con  “chivos expiatorios” –falsos culpables- con el fin de dar por solucionado el caso, engañando  a la familia Reyes Larios y de paso a la opinión pública.

Los que estuvieron involucrados en ese manoseo de expediente judicial fueron,  además del impresentable exgobernante, el entonces procurador Emeterio López Márquez, tan proclive a retorcer la Ley y falsear investigaciones, el secretario general de Gobierno, Reynaldo Escobar, conocido como el “rey de los chanchullos” y el entonces procurador regional de Justicia en la zona centro, Marco Antonio Lezama Moo, otro inefable personaje.

Así, se capturó a Mateos Escamilla, se le acusó del plagio y asesinato de Reyes Luna y se le sentenció a 65 años de prisión, pero se les cayó el teatro, pues la justicia federal encontró suficientes anomalías en la indagatoria  y determinó que es imposible imputarle la responsabilidad del crimen. Ahora con el “chivo expiatorio” fuera de la prisión, las interrogantes se imponen: ¿entonces quién secuestró y mató a Karina Reyes Luna? ¿seguirá la investigación para dar con los verdaderos culpables o todo quedará en el olvido? ¿habrá sanción para López Márquez, Escobar Pérez, Lezama Moo y el innombrable por falsear las pesquisas?

Por lo pronto, ayer en Xalapa los reporteros cuestionaron al arzobispo Reyes Larios sobre el asunto y éste no dijo una sola palabra. Guardó silenció ante las preguntas porque sabe su pecado. Fue un silencio  muy elocuente en alguien que aceptó una falsa solución en el crimen de su familiar. ¿Al arzobispo le pesará la consciencia porque permitió que un inocente pasara casi 8 años en la cárcel y que los verdaderos asesinos de su sobrina anden libres? Al parecer el crimen  de Karina Reyes Luna será otro caso sin resolver en la oscura noche de la fidelidad.

 

PURO CUENTO, NO RECUENTO

En temas políticos, finalmente la mentira se le cayó al dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Amadeo Flores Espinosa, quien  trató de engañar a la opinión pública al anunciar un fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) para que hubiera recuento total de votos – el famoso “voto por voto”- en 22 de los 30 distritos electorales de Veracruz. Lo festinó en la prensa e incluso se hicieron conjeturas de que habría una voltereta en los resultados del 5 de junio o que incluso se podrían anular  los comicios, procediendo a nuevas elecciones.

Fue puro cuento, lo que ordenó el Tepjf fue que el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) sesionara para atender las impugnaciones en esos distritos y determinar si había elementos suficientes para realizar el recuento parcial o total en los mismos. El sábado sesionaron los magistrados del TEV y ordenaron sólo el recuento  de sufragios en 171 casillas. Es decir, el 1.64 por ciento de las 10 mil 421 casillas que se instalaron y recaudaron los votos el pasado 5 de junio.

Ese porcentaje es mínimo y por supuesto insuficiente para modificar el resultado de los comicios. Así, al mentiroso dirigente estatal, Flores Espinosa, se le cayó el cuento y quedó en el ridículo con el engaño de una supuesta reversión de los resultados. El tricolor recurre a tretas mediáticas en lugar de recomponerse de la derrota, no atina a aceptar los resultados de las elecciones y sigue paralizado, aún cuando en el mes de noviembre comienza el proceso electoral para renovar las alcaldías en junio de  2017.

A pesar de que a nivel nacional el PRI ya emitió convocatoria para renovar su Comité Ejecutivo Nacional (CEN, a nivel estatal, hay algunos que incluso se han pronunciado con mantener a Flores Espinosa en la dirigencia estatal pese a ser uno de los responsables de la derrota. Flores Espinosa es un dirigente espurio, nunca debió ser dirigente del tricolor porque estaba impedido legalmente. Como se recordará, los estatutos del PRI  establecen que ningún exdirigente podrá ocupar de nueva cuenta la presidencia del partido sea a nivel nacional, estatal o municipal.

Pese a esa restricción estatutaria, el 31 de enero Flores Espinosa rindió protesta como líder priista bajo la famosa “prelación”  que no es otra cosa que un recurso para violar el reglamento interno. Seis meses después y con la derrota histórica del PRI en las espaldas, la pérdida de la Gubernatura y la mayoría en el Congreso Local, el vetusto Amadeo Flores no se quiere ir, sigue enquistado como absceso supurante en un partido que requiere con urgencia extirparlo a él y a otros dinosaurios.

Empero también hay varios desesperados por quedarse con los cacharros en que quedó el PRI, varios fidelistas siguen promocionándose mediáticamente, aún cuando saben que están impedidos legalmente para presidir el Comité Directivo Estatal. El más apurado es el toluqueño Jorge Carvallo, quien intenta sorprender a todos filtrando que es el cuadro ideal para dirigir al priismo, pero también los estatutos le impiden volver a ser dirigente, lo mismo que al candidato perdedor de la gubernatura, Héctor Yunes Landa y al senador José Yunes Zorrilla, aspirante a la nominación en el 2018. Ellos dos ya fueron también líderes estatales del tricolor.

Hay otros fidelistas que andan tras el mando priista, como el diputado federal  Erick Lagos, tan ligado a grupos inconfesables; el tamaulipeco Gabriel Deantes –apodado como “Ladrón Desde antes”-  y Ranulfo Márquez, quien no solo está impedido para volver a ser líder, sino que es considerado como el ‘gemelo blanco’ del innombrable. Al ver esos aspirantes es inevitable comparar al PRI de Veracruz con Babilonia La Grande cuando, según el Apocalipsis,  fue castigada por Dios y llevada a la ruina, quedando convertida en refugio de espíritus inmundos y guarida de alimañas aborrecibles. Pobres priistas –los de a pie y de convicción-, están jodidos.

Por cierto, el PRI nacional realizará mañana martes la inscripción de sus aspirantes a ocupar el CEN y como ya es clásico, hay la cargada hacia un sólo personaje, Enrique Ochoa Reza, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien no es conocido pese a que presume militancia desde 1991. Es más  bien integrante de esa casta de tecnócratas que arribaron al Gobierno no por méritos políticos sino por influencias de otros funcionarios neoliberales, responsables de ejecutar las medidas gubernamentales para disminuir el gasto social, privatizar bienes nacionales y beneficiar a la clase empresarial.

Vaya que el PRI anda de tumbo en tumbo. Nominan como su dirigente al desconocido Ochoa Reza responsable de la CFE, días después de que la paraestatal anunció que este mes habrá incremento de hasta 8 por ciento  en las tarifas por el consumo de energía eléctrica en los rubros industrial, comercial y doméstico. Es decir, el ‘aumento de la luz’ le pegará a todos los mexicanos y el responsable ahora será el dirigente del tricolor. ¿Quién en su sano juicio votará por el PRI en el 2017 y el 2018 si su líder autorizó el incremento de la electricidad? Vaya que para ser burro no se estudia.

Y otro asunto, hoy Ochoa Reza dice ser un priista convencido y militante de antaño, pero en el 2011 negó públicamente que perteneciera al tricolor cuando se postuló como consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), es decir, le mintió al IFE, al Congreso de la Unión y a los mexicanos. Con todos esos lastres de mala fama, mañana martes a Ochoa Reza lo elegirán nuevo líder nacional  del PRI, cuando lo que requerían es un verdadero dirigente que recupere la confianza ciudadana.  En ese partido van de tumbo en tumbo, se repite.

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